Escaso impacto en las amnistías fiscales del PSOE en 1984 y 1991

PRECEDENTES/ Esta fórmula ya se ha aplicado en España dos veces, las dos con el PSOE en el Gobierno, para comprar deuda y atraer capitales en momentos de crisis económica, con poco éxito recaudatorio.

"No hemos inventado nada", aseguró ayer el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, cuando explicaba la amnistía fiscal que lanza el Ejecutivo. Montoro se refería a otros países de nuestro entorno, pero lo cierto es que esta fórmula ya se ha aplicado en España dos veces, las dos con el PSOE en el Gobierno, para atraer capitales en momentos de crisis económica, con escaso éxito recaudatorio. Y así se lo recordó ayer el PP al PSOE cuando la oposición criticó la amnistía. De hecho, el Gobierno que lideraba José Luis Rodríguez Zapatero estudió realizar una amnistía fiscal para evitar un rescate de la Unión Europea en mayo de 2010, pero la regularización no se produjo.

Sin embargo, sí que la consideraron necesaria Miguel Boyer en 1984 y, en 1991, Carlos Solchaga, en sendos Gabinetes liderados por Felipe González. La primera amnistía que se realizó en España se consideró muy ligada a la Transición, como fórmula de repatriación de quienes tuvieron cuentas fuera de España durante la dictadura de Franco. Máxime cuando en aquello momentos, la economía sumergida era hasta 10 puntos inferior al 24% del PIB que ahora calcula la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).

Tres años después del 23F, Miguel Boyer, a la sazón ministro de Economía, endureció las leyes contra los evasores de impuestos y, al mismo tiempo, ofreció hacer la vista gorda y permitir que todos los que tenían ocultas sus actividades pudieran comprar pagarés del Tesoro Público, sin ninguna penalización fiscal y pudiendo salvaguardar el anonimato. Aunque no hay datos fiables, no parece que tuviera un efecto recaudatorio reseñable.

La segunda vez fue en 1991, con Carlos Solchaga como titular de la cartera de Hacienda. En esta ocasión, la amnistía consistió en permitir que los infractores compraran deuda pública con dinero negro con un tipo de interés inferior al del mercado. El indulto no funcionó y como el Gobierno de Felipe González esperaba y la muestra es que tuvieron que subir el IVA en los Presupuestos Generales del Estado de 1992, además de advertir de que no se volvería a conceder otro perdón fiscal. Parece ser que Hacienda tomó represalias contra algún contribuyente.

"No existe ningún plan parecido a eso, en absoluto", aseguró la entonces ministra de Economía Elena Salgado al ser preguntada por una posible iniciativa del Gobierno Zapatero en junio de 2010.

Pero entonces el Gobierno socialista estudió la posibilidad de ofrecer una amnistía fiscal para financiarse a un coste menor. La idea del Ejecutivo de Zapatero consistía en ofrecer una amnistía fiscal a los poseedores de fondos ocultos en el extranjero o en España. De esta forma, se abarataría la financiación del déficit, y en segundo lugar, se lograría aflorar el dinero ahora oculto que, posteriormente, pagaría impuestos, lo que elevaría a medio plazo la recaudación fiscal. El objetivo era recaudar 50.000 millones

Durante la pasada campaña electoral, tanto PSOE como PP dijeron tener voluntad de luchar contra el fraude fiscal, pero no hablaron explícitamente de la amnistía.

Mariano Rajoy apuntó que ampliaría la base de contribuyentes y Alfredo Pérez Rubalcaba prometió la creación de la Oficina para Combatir el Fraude Fiscal e imponer sanciones ejemplarizantes. Rubalcaba prometió que limitaría el uso de efectivo, medida que luego ha anunciado el Gobierno.