Perlas andaluzas

Pasa el tiempo, pero no mis manías. Como todos los veranos, aquí van perlas andaluzas cultivadas en el mismo necio intervencionismo que predomina en cualquier otra parte.

Como siempre, los amigos de lo ajeno fueron noticia. Por ejemplo, leí en ABC de Sevilla: “Denuncian que las cooperativas de Marinaleda roban el agua a los regantes de Los Humosos”. Por su parte, La Razón de Andalucía informó de que las marchas del sindicato SAT son infladas mediante trucos varios, como sucedió cuando incluyeron en ellas a varias niñas saharauis del programa “Vacaciones en paz”. Nada tranquilizador, asimismo, puede decirse del juez andaluz que sentenció que cuando los camaradas del SAT ocuparon una sucursal bancaria no realizaron nada que fuera intimidatorio ni coactivo. En serio. Semanas después robaron en un Carrefour, naturalmente.

Y, en serio, o no, elogió el subvencionado Baremboim a Susana Díaz, aunque no llegó tan lejos como cuando sentenció que Manuel Chaves tenía “una visión única en el mundo”. La visión de doña Susana no puede ser única, porque, según leí en la edición andaluza de El País, sentenció sobre la corrupción: “tolerancia cero” y “transparencia total”. En serio.

Más que serias, las informaciones de El Mundo de Andalucía sobre la corrupción en UGT-A fueron realmente escandalosas, como lo fueron también las noticias sobre las fortunas que se gasta la Junta de Andalucía en “coaching” para sus directivos o, hablando de gastos imprescindibles, que el PSOE en el Ayuntamiento de Palma del Río defendió una subvención para… los piquetes. Disfruté en el mismo diario con el artículo del notario y académico Victorio Magariños Blanco y este diagnóstico: “Existe una conciencia en los gobernantes de que el Derecho es un obstáculo a la eficacia”.

Se comprende este titular de ABC de Sevilla: “La Junta retoma el ‘modelo ERE’ para repartir nuevos fondos”, y se comprende que el responsable de Empleo del PSOE de Andalucía, Ángel Menéndez, haya echado la culpa de quitarles el dinero a los parados a… Rajoy. Hablando de quitar dinero, Gonzalo Rodríguez, alcalde socialista de Punta Umbría, ha subido el IBI un 40%. Éste debe ser el famoso progresismo. Y sobre progreso y libertad nadie dará lecciones a José Luis León, jefe de Provincial de Tráfico de Sevilla: “Yo prohibiría fumar al volante, GPS, manos libres y detectores de radares”. Es un bendito liberal.

Y bendita es Izquierda Unida que, según informó El País, “quiere aumentar los ingresos de la Junta a través de los impuestos”, pero, atención, “no sobre las clases medias”. Me enteré de que en Cádiz se vende droga en pisos de titularidad pública, y de que, según el director general de Memoria Democrática de la Junta, el Estatuto es “fruto de la lucha del pueblo andaluz”. Todo en serio: no sólo este disparate, sino el cargo que ocupa.