Recetas viejas y poco realistas para Podemos

El ascenso en las encuestas de Podemos ha provocado gran inquietud entre los empresarios e inversores por las propuestas económicas fuera de la realidad con que la formación se presentó a las elecciones europeas. Conscientes de que esas medidas podían restarles muchos apoyos, sus dirigentes se pusieron en manos de los economistas Vicenç Navarro y Juan Torres para que fijasen las bases de su programa para las generales de 2015. Como era previsible, éstos proponen abandonar o suavizar las medidas más utópicas y de inspiración bolivariana que hasta ahora defendía el partido emergente, como la renta básica universal, que ahora sería sólo para personas en riesgo de exclusión; la jubilación a los 60 años, que volvería a los 65; o la reestructuración de la deuda pública, que se sustituye por una renegociación a nivel europeo. Sin embargo, se mantendrán en el programa de Podemos otras medidas poco realistas y que serían muy dañinas para la economía española. Así, la idea de obligar a las empresas a subir salarios al nivel de hace 10 años, reducir la jornada laboral a 35 horas semanales y, al tiempo, aumentar la recaudación por Sociedades en 5.000 millones al año traería de regreso la amenaza de deslocalizaciones que hubo que conjurar entonces. También resulta ilusorio pretender financiar la gran expansión del gasto público que proponen los economistas de Podemos con un impuesto a “súper ricos” y confiando en recaudar cuatro veces más que ahora en la lucha contra el fraude fiscal sin decir cómo. En suma, recetas viejas y poco realistas.