BT, el mayor operador fijo de Reino Unido, tiene previsto anunciar, de forma inminente –en los próximos días– cuál es su elección para comprar una de las dos operadoras de telecomunicaciones móviles británicas que se le han ofrecido: O2, filial de Telefónica y segundo grupo del sector, o EE, el líder del mercado móvil británico, que es propiedad, al 50%, de la francesa Orange y la alemana Deutsche Telekom, según señala Reuters de varias fuentes que participan en las negociaciones.
Según la agencia, EE ha eliminado uno de los obstáculos que tenía su candidatura, ya que, al igual que Telefónica, ha aceptado vender sus filiales y cobrar parte del pago en acciones de BT, que tiene una capitalización bursátil de unos 41.000 millones de euros. Tanto EE como O2 tienen un valor de mercado bastante semejante, estimado entre 11.000 millones y 14.000 millones de euros, según los analistas.
Próximas horas
Aunque las mismas fuentes señalaron que el consejo de BT todavía debate sobre la conveniencia de una u otra opción –que en ambos casos incluirían un pago parcial en acciones y, por lo tanto, un vínculo a largo plazo en el accionariado–, está previsto que la decisión se tome en las próximas horas. Igualmente, el pasado martes, Bloomberg aseguraba que la decisión de BT se produciría esta misma semana.
En cualquier caso es probable que la decisión que se anuncie en las próximas horas sea la de elegir a uno de los dos grupos –O2 o EE– para mantener negociaciones en exclusiva durante un periodo limitado de tiempo antes de alcanzar el acuerdo definitivo. Este procedimiento se ha seguido recientemente por parte de Vivendi, cuando vendió su filial brasileña GVT a Telefónica o por parte de la brasileña Oi, cuando ha vendido su negocio portugués al grupo francés Altice.
El presidente de la operadora española, César Alierta, viajó ayer a Londres para tratar de avanzar en las negociaciones, tras participar en un encuentro empresarial con la presencia del Rey Felipe VI, según desvelaron dos fuentes a Reuters.
En una visita reciente a la capital británica, Alierta reconoció que pretende “construir una alianza global” con el operador británico, ya que ambos grupos pueden ser complementarios en muchos mercados. Entonces, Alierta descartó la posibilidad de vender O2 sólo a cambio de dinero y abandonar el mercado británico.
Sin embargo, la venta del negocio británico permitiría a Telefónica recibir una fuerte cantidad en efectivo para reducir su endeudamiento. Telefónica se ha comprometido con los inversores a finalizar 2014 con una deuda neta inferior a los 43.000 millones de euros. Además, como BT tiene una capitalización tan alta y un accionariado diversificado, la toma por parte de Telefónica de una participación significativa en el capital de BT, probablemente a partir del 10% del accionariado, otorgaría a la española una influencia inequívoca en el grupo británico, que se convertiría, sin duda, en el líder del mercado en las islas, al integrar los negocios de banda ancha fija, móvil y televisión. El mayor accionista actual de BT tiene el 4,6% del capital.
Telefónica tiene a favor que es más fácil negociar con un sólo dueño que con dos. También influye que Orange y Deutsche Telekom están participadas por los estados de Francia y Alemania, por lo que, de elegir a EE, BT se encontraría con que sus primeros accionistas están controlados por dos estados extranjeros.
Hutchison
Mientras BT deshoja la margarita, el grupo hongkonés Hutchison, propietario del cuarto operador móvil Three, podría estar preparado para hacer una rápida oferta sobre aquel de los dos grupos que no hubiese resultado elegido por BT, según señalaron otras fuentes a Reuters. Hutchison ha aprovechado el proceso de consolidación para mejorar su posición en Europa y ha comprado operaciones en Irlanda y Suiza.
La Llave / Página 2