La Caixa se prepara para reducir su participación en el capital de Repsol

CUBRE RIESGOS PARA UN 2,5%/ La entidad califica de “altamente probable” el canje de acciones por los bonos que emitió en 2013. Bajaría al 9%, como Sacyr, y ambos se disputarían ser primer accionista.

CaixaBank ha calificado, en su memoria, de “altamente probable” el traspaso de hasta un 2,5% del capital de Repsol. Por tal motivo, ha tomado medidas financieras, con coberturas de riesgos para protegerse de la volatilidad del precio de las acciones de la petrolera, donde acumula minusvalías multimillonarias.

La Caixa tenía el 11,89% de Repsol a diciembre de 2014, según sus propios datos. Según los que Repsol presentó a inversores el 9 de febrero, controla un 11,69%, tras diluirse en el capital al cobrar el dividendo en efectivo, en lugar de en acciones. Cuando traspase un 2,5%, bajará hasta el 9,19%, porcentaje que seguiría diluyéndose si la entidad continúa cobrando el dividendo en efectivo. Se situaría codo con codo con Sacyr en la carrera por el podio como primer accionista de la petrolera. Esta compañía de construcción, que también cobra en efectivo el dividendo, se ha diluido hasta un 8,89%, según datos de Repsol.

Reconfiguración

Este año y el que viene pueden ser clave para una reconfiguración del accionariado de la petrolera, a cuyo frente está Antonio Brufau, que llegó a la presidencia de la mano de La Caixa. La llave que puede abrir la puerta de esa remodelación puede ser ese 2,5% que ahora posee la entidad, y que, según el informe anual de la entidad de 2014, presentado hace unos días, es muy probable que se traspase.

Todo empezó en 2013, cuando, para financiarse y para mejorar su fortaleza financiera, la entidad realizó entre inversores institucionales y cualificados una emisión de bonos, canjeables en acciones ordinarias de Repsol representativas de un máximo del 2,5% del capital por un importe nominal de 594,3 millones de euros.

El precio mínimo de canje de los bonos por cada acción de Repsol quedó fijado en 18,25 euros y el precio máximo en 22,8125 euros. Al vencimiento de los bonos –en concreto el 22 de noviembre de 2016, recuerda La Caixa en su informe–, los titulares de los bonos recibirán las acciones que resulten de dividir el valor nominal de los bonos entre un precio que estará entre el mínimo y el máximo de canje.

“La enajenación del 2,5% de Repsol”, explica La Caixa, “tiene la consideración de cobertura de flujos de efectivo de una transacción altamente probable”, añade la entidad, que se ha regido por estrictas reglas contables NIC. Por ello, La Caixa ha procedido a realizar las coberturas necesarias. Sobre todo teniendo en cuenta la volatilidad de esas acciones en el mercado. Ayer, cotizaban a 17 euros, fuera de la horquilla del canje.

Si el precio de las acciones de Repsol estuviera por encima de la horquilla cuando llegue el canje, La Caixa tendría plusvalías. Pero si estuviera por debajo, debería cubrir la diferencia. Con coberturas financieras, se mitigan esos sobresaltos, aunque ya impactan en el balance. “El valor de los instrumentos de cobertura registrados en el activo y el pasivo del balance de la entidad, a 31 de diciembre de 2014 ascienden a 131,6 millones y 44,6 millones de euros, respectivamente”, dice el banco.

Minusvalías

Así, La Caixa sigue teniendo grandes minusvalías por su participación. El 11,89% del que informa en sus cuentas anuales está valorado en libros en 3.413 millones. A precios de mercado vale algo menos de 2.800 millones. Es decir, La Caixa acumula minusvalías de unos 600 millones.

Una de las líneas esenciales del plan estratégico 2015-2018 de CaixaBank presentado el pasado martes en Londres es la optimización del capital dando una mayor importancia al negocio bancario y reduciendo de forma drástica la exposición al inmobiliario problemático (el objetivo es reducirlo en un 60%) y también el dedicado a la cartera de participadas. Se trata de continuar una senda ya iniciada hace años porque, en 2011, la cartera de participadas consumía el 24% del capital de la entidad y, a finales de 2014, se había reducido al 16%.

El objetivo es que, en 2018, este porcentaje se sitúe por debajo del 10%, es decir que se reduzca en un tercio, sobre todo, según dijo Isidro Fainé, “porque aumente el peso del negocio bancario”, pero también porque puedan producirse desinversiones en participadas. La probable reducción en Repsol por la conversión de los bonos existentes puede ser una vía que ayude a alcanzar el objetivo.