Enerkia, una ingeniería que también comercializa gas y electricidad, será la siguiente empresa catalana en dar el salto al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), una plataforma creada como trampolín para pymes. La compañía ha comenzado los trámites y espera empezar a cotizar antes del verano, una meta que sus responsables consideran que se podría demorar por la burocracia. Ahora existen 13 cotizadas catalanas en este mercado, sin incluir las socimis.

La firma, con sede en Sant Cugat (Vallès Occidental), fue fundada en 2015 por Oriol Ventura y su esposa, Laura Martínez. Hasta ahora ha trabajado casi de forma exclusiva como una firma de ingeniería del sector energético, dedicada, por ejemplo, al mantenimiento, las instalaciones y la eficiencia. Tiene 52 personas en plantilla y en 2016 facturó 4,3 millones. Para este año, la empresa prevé llegar a los 8,7 millones, según consta en el folleto que ha enviado al organismo bursátil.

Esta salida al MAB no está diseñada para obtener nuevos fondos, ya que la firma ya los consiguió el pasado septiembre, tras una ampliación de capital de 2,2 millones. Ventura y Martínez suman el 14% del capital de la sociedad y el resto son inversores particulares cuya identidad de momento Enerkia no desvela.

“Vemos el MAB como una oportunidad de obtener recursos para nuevas operaciones corporativas, para tener una referencia de nuestro valor y para acometer adquisiciones de pymes, si se presentan oportunidades en el mercado”, expone Ventura, presidente, que en el pasado estuvo trabajando diez años en Gas Natural Fenosa. “Había un nicho de mercado fuera de lo que se estaba haciendo y era una oportunidad”, recuerda.

Modelo de negocio

El modelo de negocio de lo que Enerkia quiere hacer a partir de ahora supone dar un salto respecto a la actual actividad de ingeniería y que en 2016 supuso el 100% de sus ingresos. La compañía quiere desarrollar redes de gas y, aprovechando que abre zanjas, llevar también la fibra óptica a municipios pequeños, con una población de entre 1.000 y 2.000 habitantes de media.

“Pretendemos diferenciarnos del resto de operadores en que ofrecemos energía limpia y llegamos a lugares de difícil acceso, adonde no llegan los grandes distribuidores de gas”, afirma el directivo.

La compañía tiene planes concretos para seis municipios catalanes, aunque su intención es llegar en poco tiempo a una docena de localidades. En cada caso, se requiere una inversión de un mínimo de 300.000 euros, par la primera fase, que puede alcanzar dos millones de euros dependiendo del tamaño de la población.

De momento, ya ha anunciado sus planes para La Granadella (Garrigues), pero también lo hará en La Fuliola (Urgell), Tivenys y Xerta (Baix Ebre), por ejemplo.

Transporte e instalación

La compañía quiere llevar el gas o canalizado si existe una red cercana o construyendo un depósito, a partir del cual pueda distribuirlo. También pretende asumir la instalación en los hogares.

En cuanto a la fibra óptica, Ventura asegura que se asociarán con operadores locales, que son los que prestarán el servicio final, como sucede con la leridana Vola, en La Granadella.

“Además, cuando llevemos el gas, también ofreceremos la electricidad y otros servicios que nos permiten fidelizar a los clientes”, afirma Ventura.

La compañía cuenta actualmente con 2.000 clientes y el 80% de la facturación procede del ámbito doméstico. Los mercados en los que quiere penetrar, además de los hogares, son las pymes y las industrias, que permiten alcanzar un mayor volumen de negocio y justificar la inversión.