“Popular es un buen ejemplo de cómo rescatar un banco en Europa”

ENTREVISTA MARK CARNEY Gobernador del Banco de Inglaterra/ El supervisor de la City y del sector financiero británico pide seguir con las medidas para poder liquidar entidades sin coste para el contribuyente.

Mark Carney (Fort Smith, Canadá, 1965) es lo más parecido a una súper estrella en el mundo de los banqueros centrales. Tras lograr que Canadá apenas sufriera la crisis financiera cuando dirigía la política monetaria en su país natal, Carney fue fichado en 2011 a golpe de talonario por el Gobierno británico para que se convirtiera en gobernador del Banco de Inglaterra.

Su misión inicial era liderar la recuperación económica de Reino Unido tras la crisis financiera. Pero su mandato, que concluye en 2019, ha quedado marcado por el referéndum que aprobó el Brexit (salida británica de la Unión Europea) en junio del año pasado. Desde entonces, Carney juega el difícil papel de estimular la economía británica en medio de la incertidumbre de la ruptura con Europa y bajo las presiones políticas para que no se inmiscuya en las negociaciones.

En una entrevista con EXPANSIÓN, el gobernador sitúa el Brexit, el exceso de deuda que persiste en algunos segmentos y la inestabilidad en algunos bancos del continente como los mayores riesgos a corto plazo para el sector financiero de Reino Unido. A largo, está preocupado por el impacto del cambio climático en la economía global.

Diferencias España-Italia

Recién llegado de una visita a Portugal, el gobernador ha seguido la crisis de Banco Popular, entidad española que el pasado 6 de junio tuvo que ser rescatada y vendida por un euro a Santander. Los contribuyentes españoles no tuvieron que financiar la intervención, ya que accionistas y algunos bonistas asumieron las pérdidas. Carney opina que “Popular es un buen ejemplo de cómo rescatar un banco. Sin entrar en cuestiones específicas, la operación demuestra que las autoridades tienen ahora más opciones en estas situaciones, porque existe un mayor volumen de deuda convertible en las entidades y los reguladores tienen nuevos poderes. Esto da la capacidad a las autoridades, si lo utilizan de manera efectiva, para hacer resoluciones ordenadas”.

Según Carney, hay que dar más pasos en esa dirección para asegurar que los ciudadanos no paguen rescates en el futuro en Europa, tras ver cómo las firmas italianas Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca sí han necesitado dinero público en su liquidación. “Todavía falta recorrer camino en el proceso, como se ha visto en el caso de Italia, donde por circunstancias no había suficiente deuda convertible, algo que no me sorprende porque esto no se puede hacer en un día. En Reino Unido los bancos han captado 70.000 millones de libras en deuda anti-crisis en los últimos dos años, y podrían captar una cantidad similar de aquí a 2022”.

Nadie espera que el Brexit lleve a los bancos británicos contra las cuerdas y les obligue a utilizar ese colchón, o que provoque una crisis sistémica como la de 2008, cuando varias entidades del país tuvieron que ser rescatadas. Pero Carney considera el divorcio de Reino Unido y la UE como un grave riesgo para el sector. “Tenemos que prepararnos para el peor escenario del Brexit, que sería llegar a la ruptura sin un acuerdo de salida [para mantener la relación económica] y sin que hubiera un periodo transitorio de adaptación. Nuestra obligación es intentar minimizar la distorsión que supondría ese escenario y hemos pedido a todas las entidades británicas y europeas con presencia en Reino Unido que nos presenten en diez días sus planes de contingencia”, adelanta el gobernador.

Además, éste recuerda que “mucha gente habla de lo que puede suponer a las firmas británicas la hipotética pérdida del acceso a Europa tras el Brexit, pero también hay un impacto en la otra dirección, por los bancos europeos con negocio en Reino Unido”.

Elecciones y Brexit

Algunos creen que las últimas elecciones británicas, en las que la primera ministra Theresa May perdió la mayoría parlamentaria, reducen el riesgo de ese Brexit duro. Carney, quien fue acusado durante la campaña del referéndum de tomar partido al advertir de los riesgos de salir de la UE, huye ahora de la política. “No puedo hacer juicios políticos sobre lo que pasará en el futuro. Igual que Mario Draghi en el BCE o Luis Linde en el Banco de España, tenemos que trabajar en los aspectos técnicos del Brexit. Debemos trabajar juntos para preservar al máximo un sistema financiero exitoso que hemos desarrollado durante los últimos diez años en Europa, elevando su resistencia. En el lado político, Europa y Reino Unido tienen varias opciones, que serán objeto de la negociación”.

Una de las cuestiones del Brexit más delicadas para Carney es la posibilidad de que Europa exija la relocalización al continente del negocio de ejecución de operaciones en euros que ahora realizan las cámaras de contrapartida en Londres (firmas que garantizan el pago de las compraventas de derivados pactadas en el mercado). En su opinión, es más eficiente dejar esta actividad concentrada en Londres. “En ese asunto se juega dinero de verdad. El aumento de 1 punto básico en el coste de las contrapartidas [si las cámaras se trasladan a Europa] se traduce en 22.000 millones de euros más al año en costes financieros para los usuarios. Esto impactaría en la economía real europea y en el bolsillo de hogares y empresas europeas”.

En lugar de una mudanza, Mark Carney estaría dispuesto a aceptar una mayor cooperación con los reguladores europeos en el proceso supervisor de esta actividad en la City londinense. “Estoy convencido de que podemos gestionar esto de una manera que resulte positiva para todo el mundo”, concluye.

La intervención en Popular demuestra que los reguladores tienen ahora más opciones ante estas situaciones”

En diez días, los bancos británicos deben presentarnos sus planes de contingencia frente al peor escenario del Brexit”

Con el Brexit hay dinero real en juego; llevar negocios de la City a la UE puede costar dinero a las familias europeas”