La economía mantendrá un ritmo de casi el 3% pese al impacto de la crisis catalana

INDICADORES AVANZADOS/ Los informes de Economía constatan una ligera desaceleración en los próximos meses, hasta el 2,9%. La industria y la vivienda mantendrán una línea ascendente mientras los servicios acusarán una frenada más brusca.

El desafío secesionista ha supuesto un tiro en el pie de la economía catalana, y se está dejando notar en el resto del país. Pero, de momento, el impacto que se atisba es el de una ligera desaceleración, con un crecimiento aún fuerte, en torno al 3% en el primer semestre del próximo ejercicio, muy por encima de lo que marcaban las previsiones.

El Indicador Sintético de Actividad (ISA, un índice adelantado que utiliza el Ministerio de Economía para tratar de anticipar la evolución de la economía de cara a los próximos seis meses) registra un crecimiento del 2,9% en el cuarto trimestre del año, lo que significa un retroceso frente al 3,2% anterior, pero una coyuntura aún sólida. Y eso, a pesar de que el procès ha supuesto un enorme varapalo al desarrollo de Cataluña (que supone una quinta parte del PIB español) y de que el consumo de bienes duraderos da señales de agotamiento.

Este dato, aunque refleja una cierta moderación (no se veía desde hace más de un año), también es un rayo de esperanza de cara un ejercicio que se preveía más negativo. De hecho, el propio Ejecutivo de Mariano Rajoy había rebajado sus pronósticos de crecimiento para el conjunto de 2018 hasta el 2,3% tras el estallido de las confrontaciones en Cataluña, coincidiendo con la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), mientras que el Banco de España apuesta por el 2,4%.

Si los datos adelantados se cumplen, en cambio, España sorteará esta fuerte desaceleración hasta bien entrado el próximo año y podría, incluso, mitigarla.

Los datos del ISA se obtienen de estadísticas que tienen una cierta proyección en el tiempo, como el consumo de cemento, la entrada de pedidos a la industria, la creación de empleo o la concesión de crédito. Si entra un nuevo pedido a una empresa, la carga de trabajo se mantendrá durante los próximos meses; si se crea un puesto de trabajo, se puede asumir que este nuevo afiliado consumirá más, prolongando la bola de nieve del crecimiento, etc.

Con todo ello, los datos observados durante los últimos meses apuntan a un mantenimiento de la trayectoria del PIB. Y no son las únicas cifras positivas, ya que la Autoridad Fiscal también anticipa un avance del 0,8% entre enero y marzo del próximo año (ver información a la derecha) que, en mayor o menor medida, aportaría tracción en el segundo trimestre.

Por componentes

Paradójicamente, la mayor parte de los componentes del PIB seguirán al alza durante los primeros seis meses del próximo año, mientras que la desaceleración estará marcada por apenas dos factores, eso sí, con un fuerte peso en la actividad económica nacional: los servicios y las exportaciones.

En concreto, el sector servicios, que supone dos tercios del PIB español, experimentará una moderación de medio punto respecto al dato registrado en el tercer trimestre, con lo que el crecimiento se limitará al 3,3%, mientras que las exportaciones se frenarán 1,2 enteros, hasta el 6,9%. Esta situación contrasta con la coyuntura favorable que atraviesan el resto de los componentes que, o bien se aceleran (en algún caso de forma notable, como es el caso de la demanda de bienes de equipo), o bien mantienen el pulso.

El deterioro de las perspectivas del sector servicios, por ejemplo, contrasta con el horizonte favorable de la industria y la producción de energía, que pasa de crecer un 4,2% en el tercer trimestre al 5,1% en el dato del cuarto, mientras que el avance de la construcción se mantiene firme en el 3,6%.

Sin negar la importancia de estos datos, que son muy positivos, hay que recordar que el sector manufacturero junto con el energético no suma ni siquiera una tercera parte del peso del sector servicios, por lo que el declive de este último tiene un mayor impacto en el conjunto de la actividad económica.

Por otra parte, si bien las exportaciones se pueden ralentizar, no tendrán un gran impacto en el PIB, ya que este efecto quedará anulado por un frenazo todavía mayor de las perspectivas de las importaciones, de 1,5 puntos, hasta el 7,1%. Además, aunque las ventas al exterior se han visto lastradas en algunos meses del año pasado, los expertos coinciden en que el margen de desviación se sitúa, principalmente, al alza, debido al vigoroso crecimiento de la eurozona, donde se dirigen actualmente el 60% de las ventas al exterior.

De hecho, el servicio de estudios de BBVA resaltó ayer mismo que el área de la moneda única podría experimentar un avance de entre el 0,6% y el 0,7% en el cuarto trimestre del año, lo que podría apuntalar el sector exterior español en los próximos meses, esquivando la ralentización que anticipa el ISA.

Desde el punto de vista de la demanda interna, todos los factores se consolidan o mejoran su ritmo de crecimiento, aunque el consumo mantiene un crecimiento por debajo de la media del PIB, en el 2,2%, repitiendo el dato del tercer trimestre.

Esta cifra, después de avances en torno al 3% a lo largo del año pasado, se puede explicar por el agotamiento de la demanda embalsada de bienes de equipo (compras de bienes duraderos aplazadas durante la crisis, a la espera de una mejor situación), por lo que no se trata de un mal dato. Al contrario, el consumo privado está siendo uno de los principales baluartes del PIB en la recta final del año y todo apunta a que lo seguirá siendo en el futuro próximo.

Por otra parte, la demanda de vivienda sube hasta el 8,7%, mientras que la compra de bienes de equipo se acelera tres puntos, hasta el 9,3%. A pesar del reducido peso en el PIB de ambas, los dos factores son clave para sustentar la bonanza económica en el futuro.

Por un lado, la compra de vivienda refleja la apertura del grifo del crédito y la existencia de una demanda solvente, y soporta la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector. Por otro, la compra de maquinaria habla de unas expectativas muy positivas por parte de los empresarios, pero también garantiza una mayor capacidad productiva y eficiencia en el futuro.

Editorial / Página 2