España lidera el PIB entre los grandes de la UE pero pierde fuelle

DATOS DEL CUARTO TRIMESTRE/ La economía crece un 0,7%, según Eurostat, superando la media de la UE por decimoquinto trimestre consecutivo. Las diferencias se acortan por el tirón de Francia y Alemania.

España vuelve a liderar el crecimiento entre los grandes países de la Unión Europea en el cuarto trimestre, pese a la desaceleración económica fruto del conflicto soberanista catalán y el deterioro del consumo. El país creció un 0,7% entre octubre y diciembre, de acuerdo con los datos que publicó ayer la oficina estadística comunitaria, Eurostat, por encima de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. Esta cifra supone una desaceleración de una décima respecto al trimestre anterior, pero también refleja un crecimiento superior a la media tanto de la UE como de la eurozona por decimoquinto trimestre consecutivo. Con ello, España mantiene un avance por delante de las grandes economías del continente, aunque las diferencias se empiezan a reducir.

En concreto, la economía española se situó una décima por delante de Alemania y de Francia, que crecen un 0,6% en el cuarto trimestre, superando con mayor amplitud a Reino Unido (0,5%) y duplicando con creces el ritmo de Italia (0,3%). Con todo, hubo varios países de tamaño mediano que quedaron por encima de España, como es el caso de Holanda (0,8%) o Finlandia (1,1%). Además, buena parte de los países de Europa oriental también registraron un avance superior a la media.

Sin embargo, en el dato del último trimestre hay algo que parece estar cambiando. Aunque España sigue creciendo por encima de la media, las diferecias se están reduciendo. En parte, porque la eurozona está recuperando su pujanza; en parte, porque el PIB español se ha ralentizado ligeramente, a causa del desafío soberanista catalán, el final de la demanda embalsada de bienes de equipo y la subida de los precios del petróleo, del que España es altamente dependiente.

El contraste con la situación que tenía lugar en 2015 y 2016, cuando la velocidad española llegaba a duplicar la media de Europa, es muy claro. En este último trimestre, por ejemplo, Francia se ha acelerado una décima gracias a que las reformas de los últimos meses le están permitiendo ganar tracción, mientras que el PIB británico se ha incrementado en la misma proporción, debido a que la creación de un periodo de transición para el Brexit ha despejado la incertidumbre que se cernía sobre la economía británica.

Tasa interanual

La reducción de esta brecha es más clara cuando se observa la tasa interanual, y más todavía cuando se toma como referencia un periodo más amplio de tiempo. Aunque España ha mantenido un crecimiento del 3,1%, cuatro décimas por encima de Europa (el mismo dato que en el segundo y en el tercer trimestre), la actividad en Alemania se ha acelerado dos décimas, hasta el 2,9% (0,6 puntos respecto al segundo trimestre) y la francesa ha ganado otra décima, hasta el 2,4% (medio punto en los últimos seis meses).

Y esta tendencia podría continuar, ya que los datos adelantados de Markit y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) muestran que el avance de la eurozona podría volver a alcanzar al de España en el primer trimestre del año. Si los datos observados en enero se prolongaran durante los meses siguiente, la unión monetaria registraría un avance del 0,8%, la misma cifra que la AIReF proyecta para España.

Este cambio de tendencia, sin embargo, no es negativo, ya que está permitiendo que los vientos de cola que dieron un impulso al PIB durante los últimos años se vean reemplazados por la pujante demanda europea. Así, las exportaciones españolas a la eurozona han aumentado un 8,5% en los once primeros meses de 2017, respecto al mismo periodo del año anterior, apoyando el crecimiento del conjunto de la economía.

Además, el país se está beneficiando de otros dos motores que pueden seguir apoyando el crecimiento: la recuperación inmobiliaria y la apertura del grifo del crédito. Por un lado, el agotamiento del stock de inmuebles sin vender ha impulsado los precios de la vivienda y los nuevos proyectos, tirando a su vez de un buen número de industrias adyacentes (cemento, vidrio, muebles o electrodomésticos). Por otro, el creciente flujo de crédito por parte de los bancos puede ayudar a sostener el consumo y las inversiones en ausencia de otros factores.