Radiografía de la brecha de género en el mercado laboral

DÍA DE LA MUJER/ Las mujeres cobran un 23% menos, trabajan en empleos más precarios y su presencia en cúpulas directivas es muy inferior a la de los hombres. La educación superior, el inicio de la carrera, maternidad y el cuidado de los hijos se erigen como los momentos donde se fragua la desigualdad. Un tercio de las mujeres copan los contratos parciales frente al 7% de los hombres, y sólo un 32% alcanza puestos directivos. Además, en los Consejos de Administración sólo hay un 22% de mujeres.

No es un mito. Los cientos de miles de mujeres que en su consigna feminista hoy piden igualdad laboral y social vienen respaldadas por datos que revelan la brecha de género. Las mujeres cobran menos, trabajan en empleos más precarios y su presencia en cúpulas directivas es residual. Echando la vista atrás no parece que haya mejorado la situación: La brecha salarial que separa hombres y mujeres es, todavía, mayor que antes de la crisis.

Si situamos la diferencia salarial en el tiempo, a partir del 3 de noviembre las mujeres trabajarían gratisen España, según Eurostat. Cada mujer española cobra de media al año 20.051 euros, 5.941 euros menos que ellos. Esto sitúa la longitud de la brecha un 23% por debajo del nivel masculino, según los últimos datos disponibles del INE, de 2015. Aún así, España es de los países con menor brecha salarial, por debajo de Alemania, Reino Unido, Portugal y Francia.

Parcialidad, menor promoción, diferencias en educación, más paro, más horas no remuneradas...Esta desigualdad se fragua ya en la juventud, a la hora de escoger carrera universitaria, y se remata en el momento de la maternidad. Entonces llega la pregunta, ¿Cómo haréis con los hijos?

La entrada de un hijo en la vida familiar afecta de forma muy diferente a hombres y mujeres, y esto requiere a su vez de medidas que mitiguen la dificultad de ascenso y promoción de mujeres al tiempo que facilitan la conciliación. El objetivo es el de evitar que la mujer tenga que elegir entre éxito profesional o tener hijos. Especialmente en un momento de envejecimiento demográfico y crisis de la sostenibilidad de las pensiones.

Pero según las estadísticas, parece que las mujeres también cobran menos por el hecho de ser mujeres. En un empleo desempeñado por un hombre y una mujer, la mujer cobrará por hora un 12,7% menos de media que su compañero, a pesar de tratarse de la misma tarea. El resultado lo publicó ayer Fedea, depurando datos salariales brutos de 2014. En el ámbito salarial, el Gobierno ya ha comenzado a proponer soluciones. Siguiendo la estela de países como Alemania, el Ministerio de Empleo presentó recientemente una batería de medidas, que contemplan auditorías salariales y mayor transparencia.

Por convención, ellas cargan con frecuencia con el peso del cuidado de los hijos: De los 102.300 permisos por nacimiento de hijos en el último trimestre de 2017, el 85% lo pidieron mujeres, frente a sólo un 15% de hombres. Esta diferencia vuelve a abrir una brecha, esta vez en la tasa de ocupación entre hombres y mujeres, de nada menos que 21,5 puntos. Sin embargo, cuando no hay hijos, la brecha se reduce a 9,5 puntos, según datos del INE.

Ocurre que, aunque las mujeres entren en el mercado laboral, cuando el reloj biológico lo señala, una parte de ellas se da de baja. A partir de los 29 años se produce una caída en participación laboral, y por razones diferentes. En el caso de los hombres, la inactividad a los 30 es por enfermedad o para seguir cursos de enseñanza o formación. En las treintañeras lo es el cuidado de niños y otras obligaciones familiares o personales. En el último trimestre de 2017 había 90.000 mujeres españolas entre 35 y 39 años sin trabajar por cuidar a sus hijos, frente a sólo 1.200 varones.

En el momento de la reincorporación, la parcialidad repercute de forma inevitable. Una vez pasado el permiso de embarazo, los padres tienen la opción de estar 12 años con jornada reducida para poder conciliar con el cuidado de los hijos. Aunque cualquiera de los dos puede pedirlo, suele asociarse a la madre con este tipo de jornada. Así, una de cada tres mujeres ocupadas trabaja a tiempo parcial frente a sólo el 7% de los hombres, es decir, 2 millones de mujeres a tiempo parcial frente a 733.000 hombres. Sin embargo, hay más de un millón mujeres a las que les gustaría cambiar su jornada laboral y trabajar más horas, frente a 331.000 hombres.

Pero aunque trabajar menos horas implica cobrar menos, no quiere decir menos horas trabajadas. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo del INE, las mujeres con jornada parcial dedican más del doble de horas que los hombres al trabajo no remunerado (29,6 horas de trabajo no remunerado a la semana frente a 13,9 en el caso de los hombres). Muchas de estas horas quedarán puertas adentro, ya que las mujeres dedican casi el doble de horas que los hombres a tareas domésticas como el cuidado de los hijos o cocinar.

La menor presencia en el trabajo no sólo repercute en el salario. Las mujeres son menos promocionadas y copan menos posiciones de responsabilidad. Hasta el punto que sólo un 31% ocupa cargos directivos. La segregación de profesión por sexo es una realidad, donde todavía trabajos como el de empleado doméstico tienen un 98% de mujeres, mientras que apenas un 0,3% trabajan en puestos relacionados con la mecánica. En la vejez, esto se traduce por una reducción de las tasas de reemplazo o sustitución y el nivel de las pensiones de las mujeres, lo que, según la Organización Internacional del Trabajo, eleva la tasa de pobreza de las mujeres. En España, un 65% de las personas con ganancias bajas son mujeres, según el INE.

Antes que los hijos, la educación es el primer peaje que pagan las mujeres. El bajo porcentaje de éstas en carreras como Ingeniería o Telecomunicaciones, tradicionalmente asociadas a lo masculino, suponen un freno a la presencia de mujeres en estos sectores.

Según un informe de la OCDE, las mujeres sólo representan el 24% de los graduados en Ingenierías y el 12% de telecomunicaciones. La cuestión es que el 88% de los adultos que estudiaron ingeniería tienen empleo, frente a tasas menores en profesiones con mayoría de mujeres, como Educación. En este sector, a pesar de que hay más mujeres, el porcentaje de profesoras disminuye conforme aumenta el nivel hasta llegar a la universidad, donde hay más profesores hombres. Es como la pescadilla que se muerde la cola, porque provoca que las alumnas vean las ciencias “como un campo preferentemente masculino”, y no se matriculen.

Página 34 / Encuentro ‘Women in Finance’ Opinión / Almudena López del Pozo El día de Penélope / Página 58