El eje italo-español impondrá un nuevo modelo de negocio a Abertis

PLATAFORMA DE CRECIMIENTO/ ACS y Atlantia dedicarán su participada a gestionar proyectos integrales: diseño, construcción y explotación. Los dos socios tienen proyectos por más de 200.000 millones.

De la información facilitada ayer por ACS y Atlantia se desprende que Abertis ya no volverá a ser la empresa con las señas de identidad que la han convertido en uno de los mayores operadores puros de autopistas maduras. Hoy Abertis es una concesionaria unimodal dedicada a gestionar activos en explotación con un grado de maduración alto. Si la opa de Hochtief sale adelante y ACS y Atlantia toman el control de la compañía, Abertis pasará a convertirse en una plataforma multimodal, que gestionará distintas infraestructuras (autopistas, ferrocarriles, hospitales...) en distintos grados de maduración: desde la fase de diseño y construcción (greenfield) hasta la fase de explotación (brownfield).

“Es el modelo que ACS siempre ha defendido y el que imperará si salen bien sus planes”, indican en el sector. Entre los argumentos empleados por Marcelino Fernández Verdes, consejero delegado de ACS, para defender la opa de Hochtief figuraba, precisamente, emplear a Abertis como plataforma para crecer en el mundo de la gestión privada de infraestructuras. “Con nuestras referencias y la capacidad de Abertis para acceder a financiación podremos montar una plataforma para acceder a proyectos en todo el mundo valorados en 200.000 millones de euros”.

Según su última presentación de resultados, ACS tenía identificados más de una veintena de proyectos por todo el mundo entre los recientemente adjudicados y aquellos en fase de precalificación. Alguno de ellos requiere una fuerte aportación económica inicial. Destaca por su volumen la compra del 51% de Westconnex, la circunvalación de peaje de Sidney (Australia) valorada en 9.300 millones de dólares australianos o el recientemente adjudicado people mover del aeropuerto de Los Angeles (EEUU) valorado en 1.900 millones de dólares. En España, ACS tiene en el foco la construcción de cuatro estaciones en el metro de Barcelona por 1.000 millones de euros y el plan extraordinario de carreteras, por otros 5.000 millones de euros.

En paralelo, Abertis tiene en marcha un ambicioso plan de inversiones hasta 2020. Ya ha comprometido inversiones por 4.000 millones en los activos que tiene bajo gestión. Más de la mitad irán a parar a carreteras en Brasil y Chile, los principales mercados de la española fuera de Europa.

Desde que se comunicó el interés de Atlantia en lanzar una opa, Abertis echó el freno a muchas operaciones que tenía en estudio. Los directivos de la empresa llevaban trabajando más de un año en la australiana Westconnex, pero desistieron ante el considerable esfuerzo económico que requiere este proyecto. Pese al deber de pasividad, la empresa sigue estudiando oportunidades. En Brasil, mantiene conversaciones con Odebrecht para quedarse con dos autopistas de peaje y, en España, Abertis ha manifestado su intención en participar en la relicitación de las autopistas radiales quebradas, que requerirán un desembolso de unos 700 millones de euros.

En España, Atlantia y ACS tendrán que manejar con delicadeza el enfrentamiento de Abertis y el Gobierno en los tribunales. En el Supremo están en juego más de 2.000 millones por los reequilibrios reclamados por Abertis en las concesionarias Acesa y Aumar. Éste ha sido uno de los factores que los analistas han tenido más en cuenta al valorar los riesgos de las opas.