Abanca: “La economía española podría crecer a un ritmo del 3% en 2018”

Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, mostró ayer su convencimiento de que la economía española “podrá alcanzar en 2018 un crecimiento del 3%, basado en el aumento del empleo y la reducción del paro”. De esta forma, quedaría mejorada la previsión de crecimiento que el Gobierno elevó la semana pasada al 2,7%, según señaló el responsable de Abanca en el marco del encuentro España, país para invertir, organizado por EXPANSIÓN y patrocinado por Abanca.

La inversión extranjera en España ha crecido un 60% desde 2012, según señaló Escotet. Esta cifra supone más del 5% de la inversión mundial, mientras que España representa únicamente el 1,6% del PIB global, de modo que el peso proporcional del capital extranjero en España es muy superior a la dimensión de su economía. Asimismo, el presidente de Abanca hizo énfasis en que Estados Unidos se ha convertido en el principal inversor en España, si bien el conjunto de la eurozona aún mantiene el porcentaje mayoritario.

“Nunca antes habíamos tenido un entorno macroeconómico tan conveniente a nivel mundial como en este momento”, aseguró el responsable de Abanca, que destacó el papel de los países emergentes en el impulso de la economía. En los últimos años, Estados Unidos y la Unión Europea han perdido peso como receptores de la inversión extranjera, a costa de naciones emergentes como China o India, cuyas previsiones de crecimiento ya son superiores a la media de la economía mundial.

Además del crecimiento del empleo y el descenso del paro, Escotet aludió a otros aspectos para explicar la buena marcha de la economía española: la corrección de desequilibrios, la reducción de la deuda, el saneamiento de las cuentas públicas, la reducción de la deuda y el dinamismo del sector, entre otros.

Retos

Aunque la situación actual de la economía es positiva, “la perspectiva a largo plazo” no se debe perder de vista. Así lo indicó Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, que subrayó la existencia de algunos “nubarrones” en el horizonte. Entre aquellos aspectos a mejorar, resaltó la estructura de la población española con altos niveles de desempleo, la elevada deuda externa neta y el déficit en el aporte al I+D+I. Del mismo modo, Malet solicitó “un esfuerzo para adaptar el tejido productivo a las exigencias tecnológicas”.

En este contexto, las principales amenazas para España son “la irrupción de los países emergentes, el hipotético estallido de una guerra comercial, la inestabilidad de la Unión Europea, la esperada subida de los tipos de interés, los efectos del Brexit y la situación en Cataluña”, dijo Juan Pablo Lázaro, presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de la CEOE. Por contra, explicó que la digitalización y la transformación tecnológica constituyen grandes oportunidades para el futuro de España, sumadas a la exigencia de potenciar el capital humano.

Por su parte, Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, elogió la capacidad de adaptación de la sociedad española, por ejemplo, en el caso de la digitalización de los procesos administrativos. En el apartado de cuestiones a mejorar, incidió en la necesidad de encontrar un sistema educativo más eficiente y manifestó su preocupación por la inestabilidad institucional. En este sentido, Pich afirmó que “hay que recordarle a la clase política que su función es crear las condiciones para que aumente la riqueza”. Además, sugirió el ordenamiento de la fiscalidad autonómica, con el fin de agilizar las gestiones.