La banca española posee un escudo de deuda anticrisis de 73.000 millones

SANTANDER, LÍDER CON 45.100 MILLONES/ Las entidades han captado recursos en diferentes emisiones para empezar a cumplir las exigencias del supervisor, que quiere evitar rescates con dinero público.

La banca está armada hasta los dientes. Como un caballero antes de su batalla, a orden del supervisor las entidades españolas han hecho acopio de recursos y se han perpetrado con una auténtica armadura. Según documentos oficiales de las firmas, 72.951 millones de euros en deuda anticrisis engordan sus balances, una cuantía con la que esperan ser capaces de contener el avance del principal enemigo: una potencial nueva recesión.

“El patrimonio neto contable de las entidades de depósito en España supone algo más de 200.000 millones, por lo que un colchón de 70.000 millones en principio parece sólido. No obstante, nunca va a quebrar al mismo tiempo el sector en su conjunto, sino que la eventual situación se planteará en una entidad concreta”, explica Carmelo Tajadura, economista de Deusto.

La deuda anticrisis no es otra cosa que bonos de diferentes clases que tienen la capacidad de absorber pérdidas, es decir, de ser impagados si el emisor pasa por una situación de estrés o shock crediticio. En esta categoría se enmarcan los bonos contingentes convertibles (CoCos), la deuda subordinada y la deuda sénior no preferente.

Órdenes de Bruselas

El plan de la Junta Única de Supervisión (JUR) y del resto de autoridades es que sean los accionistas y los tenedores de esta deuda los que asuman las pérdidas en caso de intervención de una entidad, con el fin de eliminar o limitar al máximo los rescates con dinero público. De esta forma, se pasa de un modelo bail-out (rescate externo) a uno de bail-in (rescate interno).

Santander es el alumno aventajado. Más de 45.000 millones hacen de su fortaleza un auténtico bastión que acapara el 62% de toda la protección del sector. Pero esta acumulación de recursos tiene explicación: el banco es el único considerado sistémico a nivel global y como tal, su caída podría acarrear efectos devastadores para el conjunto del sector financiero por efecto contagio.

Es, como acostumbra a decirse en el sector, un banco demasiado grande como para dejarlo caer. Y si no se le puede dejar caer y se quiere prevenir una intervención con dinero público, no queda otra que parapetarlo con capital y deuda anticrisis.

BBVA es el segundo banco con mayor acumulación de deuda con capacidad de absorber pérdidas en su balance, aunque la cuantía es sensiblemente inferior. La entidad que preside Francisco González tiene un saldo de 13.054 millones de euros.

CaixaBank cierra el podio de la clasificación de emisores de deuda anticrisis con 9.472 millones de euros, un nivel alcanzado por sus significativas reservas de deuda subordinada.

Bancos pequeños

El resto de entidades, de un tamaño menor, apenas cuenta, en el mejor de los casos, con unos 2.000 millones de euros en este tipo de protección. Sin embargo, eso no quiere decir que no estén cumpliendo con sus obligaciones, pues se espera que los requerimientos del supervisor sean sustancialmente inferiores al suponer un riesgo sensiblemente inferior para el conjunto de la economía.

La parte negativa para las entidades mas pequeñas es que los inversores exigen una mayor rentabilidad por comprar su deuda anticrisis. “Habitualmente las entidades más pequeñas son menos sólidas y, por ende, tienen más riesgo a ojos de los inversores. Eso hace que la deuda sea proporcionalmente mucho más cara y, ante unos menores ingresos, puede suponer problemas”, señala un banquero de inversión. “El coste, especialmente en los CoCos, es muy diferente de las entidades grandes a las pequeñas hasta el punto de que puede forzar integraciones”, sostiene Tajadura.

Prueba de esto es que BMN en solitario colocó su deuda subordinada al 9% y que, tras su fusión con Bankia, ese mismo papel cotiza al 5,34% en el mercado secundario.