VidaCaixa, Mapfre y Mutua Madrileña, las mayores aseguradoras españolas, suman 9.083 millones de euros de colchón de solvencia extra, destinado a hacer frente a imprevistos.
Las tres entidades, que controlan un tercio del sector por primas, presentan un colchón de solvencia que supera holgadamente el mínimo exigido a cada una, aunque con diferentes niveles, según el modelo de negocio de cada una.
VidaCaixa –la mayor aseguradora por primas, con 9.666 millones en 2017– tiene un exceso de solvencia de 1.046 millones. Su requisito es de 1.603 millones y cuenta con un capital de 2.650 millones, lo que significa que su ratio es del 165%.
La entidad ha aumentado este indicador en 23 puntos porcentuales, ya que era del 142% en 2016. Pese a este avance, la ratio de la filial de CaixaBank no es de los más elevados del sector, porque al estar integrado en un grupo financiero mayor, su margen de solvencia se decide en un contexto más amplio que tiene en cuenta todos los intereses globales del grupo.
VidaCaixa es también gestora de planes de pensiones, pero esta actividad queda al margen del cálculo de solvencia. La entidad ganó el año pasado 102 millones de euros en este segmento, frente a un beneficio total consolidado de 634 millones.
El exceso de Mapfre, la segunda mayor aseguradora que trabaja en el mercado español, era de 4.442 millones de euros al cierre del ejercicio pasado. Su capital exigido ascendía a 4.433 millones, mientras que los fondos disponibles por la compañía eran de 8.875 millones. Los datos colocan el nivel de salud financiera de Mapfre en 200% en 2017, frente al 210% de un año antes.
Estas cifras reflejan la actividad de todo Grupo Mapfre, que cuenta con 19.376 millones en primas, de las que casi el 36% se localizan en España.
El exceso de solvencia de Mutua Madrileña es de 3.595 millones al tener un requisito de 1.005 millones y disponer de un capital de cobertura de 4.601 millones. Su ratio de solvencia se coloca en el 458%, un indicador que era del 482% un año antes.
Mutua ostenta el margen de solvencia más elevado en el seguro español y uno de los más altos en Europa.
Cada compañía debe cumplir con un requerimiento que se determina en función de sus riesgos y del control que ejerce sobre ellos, tal como marca la directiva Solvencia II. Los fondos que superan al mínimo exigido dan la medida de la salud financiera de la entidad, pero algunos analistas consideran que acumular demasiados fondos en este cajón merma la capacidad de la entidad, ya que este capital podría destinarse a actividades más rentables.
El sector asegurador cerró el año pasado con un excedente de solvencia de 27.699 millones, frente a los 29.513 millones del ejercicio anterior, lo que supone un descenso del 6,1%. La ratio, no obstante, mejoró al subir hasta el 241%.
Varias compañías, principalmente las que trabajan en el seguro de ahorro a largo plazo, se han acogido a las medidas transitorias permitidas en la directiva Solvencia II que flexibiliza las exigencias. El calendario fijado permite que estas compañías distribuyan en 16 años la cobertura del desajuste creado en el cálculo del capital obligatorio al aplicar tipos de interés de mercado en el cálculo de sus provisiones, que antes realizaban con tipos más altos. La mayor parte de las aseguradoras que se ha adherido a esta posibilidad afirman que lo hacen por comodidad, para aprovechar una opción que no tiene contraindicaciones.