Un mandato marcado por el rescate de las cajas de ahorros

DESPEDIDA/ LINDE FINALIZA HOY SU ETAPA COMO GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA Y DEJA UN SECTOR MUCHO MÁS CONCENTRADO, MÁS CAPITALIZADO, PERO CON UNA REPUTACIÓN MEJORABLE.

Luis María Linde se jubila hoy, por segunda vez, del Banco de España. La primera fue a principios de 2012, con 66 años ya cumplidos, cuando era asesor de la Dirección de Asuntos Internacionales. Unos meses después, Luis de Guindos le llamó para ofrecerle el puesto de gobernador tras cesar Miguel Ángel Fernández-Ordóñez antes de que concluyera su mandato. Y volvió.

Linde se encontró con los mercados completamente cerrados para España, la prima de riesgo disparada por encima de los 600 puntos básicos y con una recién nacionalizada Bankia. El inicio de su mandato coincidió de pleno con la segunda recesión económica. Vivió la negociación con Europa de las condiciones del memorándum de entendimiento para disponer de 100.000 millones del programa de asistencia financiera para rescatar a las cajas de ahorros. Se utilizaron 40.000 millones.

Seis años después, la banca española puede presumir de ser la más eficiente después de la banca sueca.

Este técnico comercial y economista del Estado ha dejado un sector mucho más concentrado –ha pasado de 54 grandes entidades a una docena– y mucho más capitalizado. La ratio de capital CET1 de los bancos es del 12,2%, según los datos de la AEB. La bajada de los costes ha sido intensa. La red de sucursales se ha reducido un 39% en diez años. Sus últimos discursos han reiterado el mensaje de que las entidades deben seguir fusionándose para ganar escala en tiempos de bajos tipos de interés. También deja un banco central con menos competencias, porque han sido cedidas al BCE.

La quiebra de Popular ha marcado, inevitablemente, el final de su etapa como gobernador. La supervisión directa de esta entidad recaía en el BCE desde 2014 debido a su elevado tamaño. Las complicaciones venían de antes. Fue una cierta sorpresa que Linde reconociera en el Congreso hace dos meses que “quizá” fue una “mala decisión” no haber nacionalizado Popular en 2012. Entonces la consultora Oliver Wyman reveló que la entidad tenía un déficit de capital de 3.200 millones de euros. El Banco de España autorizó que Popular intentara una ampliación de capital, que logró cubrir con éxito y evitar las ayudas públicas. Pero al final, la entidad entró en resolución y fue vendida por un euro a Santander. De eso hizo ayer un año.

Linde ha puesto énfasis durante estos seis años en salvaguardar la independencia de la institución respecto al poder político y ha dado su opinión siempre sobre todos los asuntos económicos que afectan al país. En el último informe anual, el Banco de España puso en duda que el Gobierno consiga cumplir el objetivo de déficit para 2018.

Perdió contra el Ministerio de Economía la batalla por el control del Frob, cuyo presidente dejó de ser el subgobernador del Banco de España. Pero ha ganando la última, ya que Pablo Hernández de Cos, que le sucederá el lunes en el cargo, era el candidato que él había sugerido.

Linde heredó de su predecesor, Fernández-Ordóñez, el conflicto entre la cúpula del Banco de España y el cuerpo de inspectores. Durante su mandato las fricciones han ido a más, a raíz de lo que ha trascendido con motivo de la investigación penal de la salida a Bolsa de Bankia.

El gobernador saliente se va sin haber podido mejorar la imagen que la ciudadanía tiene, tanto de la banca como del papel del supervisor, que ha quedado muy deteriorada por las quiebras bancarias. Tal vez ese desafío sobrepase la capacidad de un gobernador.

A partir de ahora podrá dedicar su tiempo libre a disfrutar de su otra faceta, la de ensayista y humanista. Linde está considerado uno de los economistas más cultos del país. Es un enamorado de la historia. Durante diez años escribió para Revista de Libros. Es uno de los mayores estudiosos que hay en España de la figura del Duque de Osuna.