Banco de España vigila el repunte del crédito al consumo

El crédito al consumo todavía se encuentra, en términos reales por hogar, un 32% por debajo de los máximos alcanzados en 2008 en saldo acumulado. Sin embargo, a la vista del crecimiento de esta actividad –un 47% desde finales de 2014–, el Banco de España advirtió ayer a través de una nota de opinión de la necesidad de aumentar la prudencia en la política de concesión de este tipo de financiación. El supervisor recuerda que estos préstamos carecen de garantías, salvo aquellos que financian la compra de un automóvil, lo que eleva el riesgo del negocio en comparación con la actividad hipotecaria.

Según sus análisis, si esta actividad no se desarrolla con “expectativas prudentes”, los incrementos rápidos del crédito pueden llevar asociados “algunos riesgos futuros para la estabilidad financiera y macroeconómica al elevar la vulnerabilidad de los agentes frente a perturbaciones adversas, como puso de manifiesto la última crisis económica”.

Por primera vez en España, el año pasado el volumen de concesión de préstamos al consumo (incluida la financiación para compra de automóviles) superó la nueva producción de crédito hipotecario.

No obstante, el supervisor matiza que en España este repunte coincide con un proceso de desapalancamiento de los hogares y que, además, esta actividad sigue teniendo un “peso reducido” en la cartera de crédito de las entidades financieras, en torno al 5%.

El Banco de España explica que el crédito al consumo ha contribuido a la recuperación económica de los últimos años, principalmente a través de la financiación del consumo de bienes duraderos y, en particular, del vinculado con la adquisición de vehículos.

Esta evolución, añade el Banco de España, contrasta con la de los otros segmentos del crédito a los hogares. En particular, el destinado a la compra de vivienda, cuyo saldo sigue contrayéndose, aunque a un ritmo cada vez más moderado.

Según las últimas estadísticas, la morosidad de la banca al consumo es del 5,2%, mayor que la hipotecaria, pero por debajo de la del conjunto del crédito.

Tarjetas de crédito

A diferencia de los países anglosajones, menos del 10% de la financiación al consumo se canaliza a través de tarjetas de crédito. Gran parte de ella se formaliza en comercios y grandes superficies, con los que los bancos suelen tener acuerdos.

La banca al consumo aplica en España tipos de interés medios del 8%, cuatro veces más que el negocio hipotecario. Según Moody’s, en el conjunto de Europa la media está más cerca del 5%.