Urkullu: “Sánchez ve factible el traspaso de 30 competencias”

“ES TIEMPO DE SUMAR”, ASEGURA/ Aboga por garantizar la relación bilateral “efectiva” entre el País Vasco y el Estado.

M. Á. Fuentes. Bilbao

“Es tiempo de invertir y sumar, no de trasladar a Euskadi la batalla encarnizada, política e institucional, que se vive en nuestro entorno”. El lehendakari, Íñigo Urkullu, reiteró ayer su apuesta por la confianza y la estabilidad durante su intervención en Bilbao en el Foro Europa, ante un auditorio repleto de representantes del mundo empresarial, institucional y político vasco.

Como ha hecho el PNV en los últimos días, aunque con un discurso más contenido, el lehendakari reclamó al Gobierno de Pedro Sánchez el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika, pendiente después de casi 40 años de 37 transferencias. De ellas, según reveló Urkullu, el propio Ejecutivo central ha considerado factible el traspaso de 30.

Madrid volvería a “abrir el camino hacia la concordia” si cumple “su deuda con nuestro autogobierno reconocido”, dijo el lehendakari. Para empezar a andar, habría que acordar ya el calendario de traspasos. Preguntado expresamente por la transferencia de la Seguridad Social, destacó que Vitoria exige la gestión económica, no la caja, de acuerdo con el Estatuto.

Además de reclamar las competencias pendientes, el lehendakari abogó por buscar un consenso para clarificar el derecho a decidir y garantizar la relación bilateral “efectiva” entre Euskadi y el Estado.

Urkullu pasó de puntillas durante su discurso sobre la situación en Cataluña, pero tuvo que responder –y lo hizo midiendo mucho sus palabras– a varias preguntas de los asistentes sobre la crisis catalana. A su juicio, el escenario es de extrema preocupación, y nadie desde fuera puede encontrar un punto de encuentro. Por ello instó al president de la Generalitat, Quim Torra, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a asumir decisiones acordadas. Éste va a ser un objetivo “complicado” dada la actuación de movimientos políticos o pseudopolíticos que parecen desear que no sea posible una solución acordada, explicó.

Marcando distancias con la crisis catalana, el lehendakari insistió en que el Gobierno vasco busca “generar confianza para consolidar el crecimiento, reducir el paro y mejorar la calidad del empleo”, y apostó por “dar continuidad a la política de las cosas”. En esta línea, mostró su deseo de acordar los presupuestos vascos para el próximo año, dado que el Ejecutivo PNV-PSE no suma los votos necesarios, y precisa del apoyo de al menos otro grupo. Los dos últimos años, este respaldo ha venido del PP, que ahora condiciona su apoyo a las cuentas vascas para 2019 a una marcha atrás del PNV en su acuerdo sobre el nuevo estatus con Bildu.

Urkullu repitió que está abierto al diálogo “con todos”, y que hasta ayer ningún grupo político vasco se había autodescartado de la negociación presupuestaria, de ahí que su gabinete sigue trabajando en el proyecto de cuentas, que aprobará a finales de este mes. Sin embargo, no descartó una eventual prórroga presupuestaria, una medida que “ahora no sería ningún drama”, a diferencia de lo que ocurrió en 2013. Ese año, el Ejecutivo vasco tuvo que prorrogar los presupuestos de 2012 en un escenario difícil, con 1.100 millones de ingresos menos. “A diferencia de 2013, el escenario actual es de más recaudación y de crecimiento”, dijo, minimizando el impacto de una prórroga de las cuentas el tercer año de su mandato.