El sector financiero necesita más margen

Diez años después de la crisis financiera, y pese a las numerosas reformas regulatorias que han aumentado las exigencias de capital y de control de los bancos, los requerimientos no cesan. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha alertado de que las entidades financieras de la Unión Europea necesitarán 24.500 millones de euros para alcanzar los nuevos requisitos de capital fijados en Basilea III, el marco regulador del sector financiero mundial que entrará en vigor plenamente en el año 2027. Aunque la regulación post crisis ha tenido un papel clave para el saneamiento del sector financiero y la prevención de riesgos sistémicos, cabe recordar que en un contexto de tipos de interés históricamente bajos la rentabilidad de las entidades se ha visto comprometida por el corsé regulatorio diseñado por los distintos reguladores. Y sin una adecuada rentabilidad no hay negocio posible en un sector esencial para el normal desarrollo de la actividad económica. Por eso, resulta imperioso una mayor coordinación entre los organismos supervisores para que el cumplimiento de las exigencias regulatorias no ponga en riesgo la sostenibilidad futura y la capacidad de crecimiento de una industria que afronta desafíos cruciales como la transformación digital o la competencia de actores emergentes como las fintech. La reconversión tecnológica del sector financiero puede suponer una oportunidad siempre que las reglas de juego estén claras y sean homogéneas para los diferentes competidores que operen en el mercado bancario, con independencia de su naturaleza.