Recorte al crecimiento en 2018 y 2019

NUEVO CUADRO MACRO/ El Gobierno rebaja en una décima su previsión de crecimiento para 2018, que queda en el 2,6%; y 2019, del 2,3%. Esta revisión se debe a los cambios en el exterior, con la subida del petróleo y la desaceleración de la zona euro.

El Gobierno certifica ya que la desaceleración de la economía española es más acusada de lo estimado inicialmente. El plan presupuestario enviado ayer a Bruselas incluye una actualización del cuadro macroeconómico que elabora el Ministerio de Economía, que recorta en una décima su previsión de crecimiento para 2018, que calcula en el 2,6% del PIB; y otra a la de 2019, que queda en el 2,3%.

La rebaja realizada por el Gobierno se suma así a la que han realizado en las últimas semanas tanto el Banco de España –que también prevé un 2,6% para este año– como los analistas del panel de Funcas, cuya estimación de consenso se ubica en el 2,7%. Pese a ello, el Ejecutivo mantiene que no se está produciendo un punto de inflexión en la trayectoria de la economía española, sino que esta desaceleración no hace sino seguir la tendencia mantenida desde 2015, cuando se alcanzó el máximo de crecimiento (3,6%).

La ministra de Economía, Nadia Calviño, achaca la rebaja en las previsiones “al comportamiento menos favorable de la demanda externa”. Factores como la subida del precio del petróleo o la desaceleración generalizada en los países del euro han provocado que el Ejecutivo detraiga hasta 1,5 puntos a su previsión de crecimiento de las exportaciones a lo largo del año, que se queda en el 3,2%. Como consecuencia de ello la aportación neta de la demanda externa (exportaciones menos importaciones) será negativa, detrayendo una décima al aumento del PIB.

Esto supone una rebaja de hasta tres décimas con respecto a la previsión realizada el pasado junio, que el Gobierno ha compensado parcialmente aumentando en dos décimas la aportación de la demanda nacional, que asciende hasta el 2,7%. Este incremento se sostiene sobre todo en el buen comportamiento de la inversión, que según el Gobierno aumentará un 5,3% a lo largo del año, casi un punto más de lo que se estimaba en la anterior previsión. Es decir, el Ejecutivo confía en que se mantenga el optimismo entre los empresarios, pese a la inquietud generada por la desaceleración y las voces que alertan de una próxima crisis.

Gasto público

El otro factor que explica la mayor aportación de la demanda nacional es la fuerte subida del gasto público. Si en julio se preveía que éste aumentara únicamente un 1,5%, en el borrador remitido a Bruselas la previsión se dispara hasta el 1,9% debido a la revalorización de las pensiones con el IPC y el resto de medidas pactadas por el Ejecutivo con Podemos. Pese a la fuerte caída del comercio minorista los últimos meses, el Gobierno apenas recorta una décima en su estimación de evolución del consumo privado, que pasa del 2,4% al 2,3%. (Pese a esta rebaja, supone una desaceleración de apenas dos puntos respecto al dato anotado el año pasado, lo que contrasta con las voces que alertan de un mayor agotamiento de la capacidad de consumo de los españoles)

Por último, el Gobierno no considera que las medidas previstas para los Presupuestos vayan a afectar a la evolución del PIB. La ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguraba ayer que estas medidas tendrán un “impacto neutro” sobre el crecimiento. Esta valoración se realiza a pesar del carácter contracíclico que deberían tener las medidas anunciadas ayer por el Ejecutivo, con un aumento de la recaudación vía impuestos muy superior a la del gasto. Asimismo, también se descarta que el hachazo fiscal tenga una incidencia especial sobre la actividad de los ciudadanos y, sobre todo, las empresas; pese a llegar en un momento de especial incertidumbre.

Los efectos de la desaceleración económica también se trasladarán al mercado laboral, afectando a la recuperación del empleo. El Gobierno

también ha revisado a la baja, en cinco décimas, la tasa de paro prevista para finales de año, que se queda en el 15,5%. La rebaja también se ha trasladado a las estimaciones de 2019, para cuando se estima una tasa del 13,8%, cuatro décimas superior a lo que se esperaba en julio.

La ministra de Economía aseguró que el Ejecutivo había realizado unas previsiones “prudentes”, en la horquilla de lo estimado por los distintos analistas. Para las posibles revisiones del, Calviño aseguró que seguirá “muy atenta” los principales riesgos para la economía mundial.