La banca española pidió ayer “un cambio de chip” a los supervisores y reclamó unas exigencias de capital más suaves, acordes con su modelo de negocio, que es más resistente que el orientado a la banca de inversión. “Un cambio de criterio en este sentido implicaría un incremento del crédito hacia la economía productiva por parte de aquellos bancos que están financiando a empresas, emprendedores y familias”, señaló ayer José María Roldán, presidente de la patronal AEB, durante su participación en el curso organizado por Apie en Santander. “Sería interesante que los supervisores tuvieran el valor de tratar distintos modelos de banca de una manera diferente a la hora de exigir capital, para lo que disponen de la discrecionalidad que ofrece el Pilar II”, remachó.
Roldán enfatizó el daño que los tipos negativos están haciendo al negocio bancario. “Son un contradiós, porque penalizan el ahorro de una población cada vez más envejecida y perjudican los márgenes bancarios”, afirmó.
En cualquier caso dijo que la banca no se plantea empezar a cobrar por los depósitos. “El límite de facto de remuneración es cero”, señaló.
La AEB da por hecho que el Banco de España activará antes de que acabe el año el llamado colchón contracíclico, una herramienta que previene los riesgos sistémicos. No porque exista una situación de alarma que lo exija, sino por efecto contagio, ya que lo han hecho la mayoría de los países europeos. Francia y Alemania entre ellos. “Las familias y las empresas siguen desapalancándose en España”, argumentó.
En relación con los test de estrés de la banca europea, Roldán coincide con Guindos en que tiene sentido incluir los riesgos del cambio climático como una variable más en las próximas pruebas. No obstante, advirtió que todavía no hay medidores claros para evaluarlos.
En lo que discrepó fue en la evolución de la vivienda. “No hay evidencias de recalentamiento”, sino que existen “ciertas tensiones de precios en ciertas zonas de Madrid y Barcelona, por lo que hay que pensar qué se puede hacer para elevar la oferta”. Esa reflexión, añadió, no le corresponde a la banca, sino al sector privado o a los ayuntamientos. “Pueden poner más suelo en el mercado y elevar la oferta para equilibrar la demanda”, apuntó.
La AEB mira con escepticismo el lanzamiento por parte de Facebook de una moneda virtual para la población desbancarizada. “Me llama la atención que esté respaldada por activos, porque eso hará más cara y compleja su gestión. [...] Tengo dudas sobre sus supuestos efectos positivos sobre la inclusión financiera y sobre cómo cumplirá con la normativa sobre blanqueo de capitales”, comentó Roldán. “Se trata de un desafío más para las autoridades que para los bancos”, añadió.
La patronal no la considera una amenaza directa. “No tengo claro que afecte al negocio de los bancos, sino a las fintech”, afirmó Roldán.