Los depósitos bancarios en manos de las familias descendieron en julio en 9.800 millones de euros respecto a junio y se situaron en 833.400 millones, según los datos del Banco de España.
Julio suele ser un mes estacionalmente malo en comparación con el mes anterior, que es cuando los trabajadores en activo cobran la paga extra de verano y cuando Hacienda ingresa buena parte de las devoluciones del IRPF.
Esta bajada no quiebra la tendencia alcista de los depósitos, que no han parado de crecer desde 2010 y que están en máximos históricos. A pesar de que pagan de media un 0,04% se están arrogando la condición de activo refugio, debido a que la deuda pública ofrece rentabilidad negativa en sus plazos más cortos. Los fondos de inversión, además, tampoco viven un gran momento debido a las pérdidas sufridas por la renta variable el año pasado. Se calcula que el 41% de la riqueza financiera en manos de las familias está en efectivo y depósitos. Las acciones representan un 25%, los fondos de inversión, un 14% y los seguros y los fondos de pensiones, un 17%.
El 75% del dinero que hay en depósitos está en realidad en cuentas corrientes y no en imposiciones a plazo, porque la rentabilidad de estos últimos es casi nula.
Los bancos españoles descartan por completo empezar a cobrar a los particulares por los depósitos, algo que ya llevan tiempo haciendo con los clientes institucionales desde que el BCE les aplica una penalización del 0,4% por guardar allí su liquidez.