La Fed alerta del peligroso efecto de los tipos negativos

Una medicina que envenena al paciente. Así ven en la Reserva Federal de Kansas y la Reserva Federal de San Francisco –dos de los integrantes de la autoridad monetaria estadounidense– a los tipos de interés negativos en un momento en el que los bancos centrales han dado un giro todavía más radical hacia la expansión monetaria.

Los organismos han publicado dos estudios en los que se alerta de los perniciosos efectos que puede provocar el precio del dinero por debajo del 0%. Todo ello cuando el BCE se dispone a recortar la tasa de depósito por debajo del -0,4% actual y con Dinamarca, Suecia, Suiza y Japón con tipos muy negativos.

“Cuando el Banco de Japón anunció su plan de embarcarse en una política de tipos de interés negativos, las expectativas de inflación en realidad cayeron. De hecho siguieron cayendo después”, sostienen Jens H.E Christensen y Mark M. Spiegel, autores del estudio que publica la Fed de San Francisco. En un intento por revitalizar los precios de la economía japonesa, los responsables de la política monetaria habrían echado más leña al fuego a la deflación.

Este estudio se centra en la experiencia japonesa medida a partir del precio de los bonos indexados a la inflación del país, un contexto que los propios autores señalan como “extremo”, pero a la que se va acercando Europa cada vez a más velocidad. La persistente baja inflación y un banco central abocado a las compras de deuda y a los tipos bajos para sostener a la economía hacen que cada vez esté más extendido el concepto de japonización de la zona euro.

Trampa de liquidez

Por su parte, el estudio de la Fed de Kansas destaca, a través de un análisis matemático, que los tipos de interés nominales provocan una contracción de la economía en situaciones en las que impera una trampa de liquidez, pues genera expectativas que llevan a las empresas a recortar sus precios más rápido de lo que el banco central hunde el precio del dinero. “Es probable que los tipos negativos empeoren la situación”, sostiene Andrew Glover, autor del estudio.

Sin embargo, sí reconoce que hay un nivel de tipos negativos que puede acabar con la trampa de liquidez por el hecho de que va más allá de la capacidad de las empresas de bajar precios. Ese nivel es el -1%, pero sus efectos distorsionadores pueden ser enormes.