Qué fue del tesoro inmobiliario de las cajas

Las fundaciones que gestionan la obra social de las antiguas cajas de ahorros viven ahora prácticamente de la explotación de la riqueza artística y arquitectónica acumulada en los años de bonanza. El caso más paradigmático es el de la fundación heredera de la obra social de CatalunyaCaixa. Buena parte de su presupuesto procede de los elevados ingresos que obtiene de La Pedrera, uno de los mayores reclamos de la arquitectura de Gaudí en Barcelona. El año pasado recibió 980.000 visitas. Además, esta fundación es el mayor terrateniente de España por detrás de la Iglesia y del Ministerio de Defensa, dueño de antiguas bases militares. Posee y custodia en total 166.000 hectáreas de terreno forestal en territorio catalán. Entre ellas, 250 hectáreas en el Delta del Ebro, reserva nutural de la Biosfera y el mayor humedal español después del Parque Natural de Doñana.

Antes de ser rescatada, NovaCaixaGalicia era propietaria de 97 edificios, así como de una pinacoteca con más de 5.000 piezas de arte catalogadas. Fundación Montemadrid, heredera de la obra social de Caja Madrid, explota el centro La Casa Encendida, un referente cultural de la capital de España.

Por su parte, la Fundación Caja Mediterráneo (heredera de CAM) posee 44 inmuebles y un elevado patrimonio artístico y documental.