La banca, ¿un sector en declive?

Suele afirmarse que la economía española está muy bancarizada, apoyando esta afirmación en variables como la elevada dependencia de las empresas de la financiación bancaria, el peso que la banca tiene en el total del sistema financiero, o el elevado número de sucursales bancarias. Sin embargo, esta visión cambia por completo cuando se utilizan otros indicadores más rigurosos de bancarización como el peso del sector bancario en la economía en términos de generación de valor añadido y empleo, que es la forma en la que medimos habitualmente la especialización o estructura productiva de una economía. La evidencia muestra que ese peso es inferior al promedio de los países de la zona euro y que está cayendo en los últimos años conforme aumenta la desintermediación financiera en paralelo al auge de la banca en la sombra.

En 2017 (último año disponible), el sector de la intermediación financiera aportó rentas en valor añadido bruto (VAB) por importe de 28.921 millones de euros y 217.020 empleados. La industria del seguro y los fondos de pensiones aportaron 7.332 millones de euros de VAB y 54.500 empleos, mientras que las actividades auxiliares a los servicios financieros (donde están, entre otros, las gestoras de los fondos de inversión) suponen 5.019 millones de euros de renta y 85.200 empleos. En total, el sistema financiero español aportó 41.272 millones de euros de valor añadido y 356.800 empleos.

En España, el peso de la banca en el total del sistema financiero es mayor que en la zona euro (aporta el 70% del VAB, cuatro puntos más que en la zona euro, y el 61% del empleo del sistema financiero español, cinco puntos más que en la zona euro). Sin embargo, como muestra un reciente artículo publicado por Funcas, en los últimos años se ha producido un cambio en la composición del sistema financiero, con una importante pérdida de la importancia relativa de la banca en beneficio de otras actividades auxiliares a los servicios financieros como la gestión de los fondos de inversión y el asesoramiento. En términos de VAB, el peso de la banca ha caído del 82% en 1995 al 70% en 2017. Si bien es un cambio que también se ha producido en Europa, en España el proceso de desintermediación ha sido más intenso.

Aunque el sector bancario tiene un peso en el total del sistema financiero mayor en España, no por ello su peso en el total de la economía es mayor, sino todo lo contrario. La actividad de intermediación financiera que realizan los bancos aportó en 2017 el 2,7% del VAB y el 1,1% del empleo total de la economía española, frente a porcentajes del 3% y 1,4% en la zona euro, respectivamente. También el peso del total sistema financiero (que además de los bancos, incluye las compañías de seguros, los fondos de pensiones y otros agentes como los gestores de fondos de inversión) en el total de la economía es menor en España, al aportar el 3,9% del VAB y el 1,8% del empleo, frente a valores del 4,5% y 2,5% en la zona euro.

Desintermediación

En los recientes años de crisis, se está produciendo un claro proceso de desintermediación financiera, como demuestra el hecho de que la actividad que desarrolla la banca está perdiendo peso tanto en la economía como en el sistema financiero. La pérdida es mucho más acusada en España, ya que el peso de la banca en el VAB total de la economía ha caído un 40% desde 2009 (del 4,6% al 2,7%), frente a caídas del 17% y 19% en la zona euro y la UE, respectivamente.

La pérdida de peso de la banca en la economía transcurre en paralelo al intenso desapalancamiento que ha realizado el sector privado (empresas y familias) y que explica que cada vez sea menor el peso del crédito en la economía, acercándose al promedio europeo. Si en 2010 la ratio crédito/PIB alcanzó un máximo del 174% (58 puntos más que en la zona euro), en 2018 la ratio ha caído al 100% (sólo tres puntos por encima de la zona euro). También la densidad de red ha caído con intensidad en los últimos años (el número de oficinas ha caído un 44%), y aunque sigue siendo muy elevada en comparación con nuestros socios comunitarios (1.783 vs 2.524 habitantes por oficina), son oficinas muy pequeñas (las más pequeñas de la UE en términos de empleados por oficina y de las más pequeñas en términos de activos por oficina), lo que explica que el peso del total de activos bancarios en el PIB sea menor que en la zona euro.

En resumen: a) el peso de la banca en la economía española es menor que en la zona euro; b) ese peso ha caído en los últimos años por el impacto de la crisis y el intenso desapalancamiento del sector privado (el VAB y empleo de la banca es un 37% y 23% inferior a los valores máximos alcanzados en 2009/2008); c) la banca también está perdiendo peso en el total del sistema financiero, lo que es reflejo del avance de la desintermediación y la competencia de la banca en la sombra; d) un factor que explica la desintermediación es el auge de la industria de los fondos de inversión (que forma parte de la banca en la sombra), cuya actividad ha ganado atractivo ante la pérdida de rentabilidad de los depósitos bancarios; e) si añadimos la asfixiante presión regulatoria y la del entorno de bajos tipos de interés que son una rémora para la recuperación de la baja rentabilidad es obvio que corren malos tiempos para la banca.