Guindos reconoce que el bajo retorno de la banca frena las fusiones

DIFICULTAD PARA GENERAR CAPITAL / El vicepresidente del BCE sostiene que los bancos de la zona euro deben recortar costes para desbloquear las “necesarias” operaciones corporativas en el sector.

Ni siquiera el Banco Central Europeo (BCE) tiene claro que comprar otras entidades sea un buen negocio en este momento. Eso es, al menos, la visión que Luis de Guindos, vicepresidente de la institución con sede en Fráncfort, hizo pública ayer en unas jornadas sobre política monetaria organizadas por la Fundación Rafael del Pino y que explica la reticencia a la concentración en el sector.

El banquero central considera que la baja rentabilidad del negocio es uno de los obstáculos por los que las operaciones corporativas entre bancos se ven con cuentagotas en los últimos tiempos. “La baja rentabilidad de los bancos (de la zona euro) es un problema, porque puede obstaculizar el proceso de consolidación del sector que creo necesario en Europa ante la dificultad de generar capital”, explicó Guindos.

Pocos bancos en Europa logran cubrir el coste de capital –los expertos lo sitúan entre el 8% y el 10%– y, como de momento destruyen valor, no suscitan el atractivo esperado teniendo en cuenta los niveles a los que cotizan.

Recorte de gastos

El BCE considera clave que se produzca esa oleada de fusiones y adquisiciones que reduzca la sobrecapacidad de una bancarizada Europa y, para desbloquarla, Guindos considera que hay que mirar nuevamente hacia los costes. Según señaló el vicepresidente de la autoridad monetaria, es necesario que la banca haga un nuevo esfuerzo de recorte de gastos para mejorar su ratio de eficiencia (mejor cuanto más bajo) y ganar atractivo.

Se trata de un indicador al que también se ha referido en varias ocasiones el presidente del BCE, Mario Draghi, para defender que el gran problema de los bancos no son los bajos tipos de interés. En la comparativa con sus homólogos nórdicos y estadounidenses, las entidades europeas no salen bien paradas.

Pero que el BCE sostenga que los tipos bajos no son el origen de todos los males de los bancos no quiere decir que no sean conscientes de que les hace daño. “Los efectos secundarios de la política monetaria muy expansiva pueden volverse excesivamente tangibles cuando la economía opera por debajo durante un largo periodo de tiempo”, indicó ayer Guindos, que también señaló que “de hecho, aunque consideramos que, en suma, los beneficios pesan más que los costes, somos conscientes del reto que supone para los bancos un entorno sostenido de tipos de interés bajos”.

En su discurso, Guindos también hizo un llamamiento a completar la Unión Bancaria. “Seguirá incompleta hasta que se introduzca un fondo de garantía de depósitos común y la potencia de fuego del Fondo Único de Resolución (SRF, por sus siglas en inglés) sea mayor”, explicó, al tiempo que recordó que, si bien hay consenso en la necesidad de incrementar la munición con la que lidiar con las resoluciones, el fondo de garantía de depósitos común está todavía lejos de ser una realidad.

A juicio del vicepresidente del BCE, responsable también del área de Estabilidad Financiera en el organismo con sede en Fráncfort, avanzar en la Unión Bancaria tendría efectos muy positivos como los que derivaron de los primeros pasos. “La supervisión bancaria y el Fondo Único de Resolución (SRF, por sus siglas en inglés) han proporcionado una mayor confianza de que los bancos que operan en otros países en las mismas condiciones que en su país de origen”, explicó Guindos.