Santander y BBVA han ganado peso en el consejo de administración de la aseguradora pública Cesce, Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación. La entidad, controlada en un 50,25% por el Estado, ha reordenado su máximo órgano de gobierno para adaptarlo a los principios de proporcionalidad con las participaciones accionariales de la compañía, tal como marca la normativa, apuntan en Cesce.
Bajo este paraguas, Santander ha añadido una representante a los dos que tradicionalmente tenía: Mariano Olmeda y Jaime Ybarra. La nueva consejera es Eva Bueno Velayos, especialista en innovación de medios de pago del banco. Sustituye en este puesto a Joaquín Rizo, que tenía la representación en Cesce de España Seguros, que cuenta con un peso del 1,63% en el accionariado. Santander tiene ahora el 23,88%, tras asumir el paquete de Popular, que era del 2,8%.
BBVA no ha variado su participación accionarial del 16% en la aseguradora pública, pero aumenta su presencia en el consejo con Enrique Migoya, en sustitución de Francisco Vallejo, que representaba a Sabadell, cuya participación es del 3,6%. El otro consejero de BBVA es Álvaro Aresti.
En paralelo, Cesce ha nombrado como consejera independiente a Laura Duque, directora de Cumplimiento y Control Interno de la Mutualidad de la Abogacía. Sustituye a Enrique Pérez-Hernández, presidente de Eurocofín.
El consejo de Cesce está formado por quince personas (seis de ellas mujeres), de las que ocho representan al Estado, con Fernando Salazar al frente como presidente ejecutivo de la aseguradora.
Cesce está especializada en la cobertura de impagos en operaciones comerciales entre empresas. Trabaja también por cuenta del Estado a través del aseguramiento de los riesgos de impagos de las empresas españolas en contratos internacionales.
En su accionariado figuran participaciones minoritarias de varios bancos que en total suman el 5,67% del capital. Aquí se incluye Sabadell (3,6%), Deutsche Bank y CaixaBank, con un 1% cada uno. Cesce ofreció hace dos años a CaixaBank aumentar su participación, que heredó a través de las fusiones realizadas con otras entidades durante la crisis, hasta el 6%, aunque el banco no lo consideró oportuno. La compañía también ofreció entonces a Bankia entrar en su accionariado, algo que no ocurrió.