Hernández de Cos intensifica las alertas sobre la desaceleración

VULNERABILIDADES/ El gobernador del Banco de España insta a los partidos políticos a “encender

las luces largas y forjar amplios consensos” para acometer las reformas que necesita la economía.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, se ha convertido en los últimos tiempos en una suerte de Pepito Grillo de la clase política española, a quien recuerda una semana sí y otra también que la economía doméstica no podrá afrontar con éxito “eventuales perturbaciones negativas” sin acometer reformas estructurales.

Hernández de Cos intensificó ayer las alertas sobre la desaceleración en un contexto en el que las amenazas externas, encabezadas por el Brexit y la guerra comercial, se conjugan con las internas, donde el bloqueo político y el enconamiento del desafío separatista en Cataluña constituyen focos añadidos de incertidumbre que pueden “incidir negativamente, de persistir en el tiempo, en las decisiones de gasto de los agentes privados”, advirtió en un acto organizado por la Mutualidad de la Abogacía.

Desequilibrios

Y todo ello en un entorno en que la economía española sufre aún “importantes desequilibrios”, pese a las “mejoras logradas durante la recuperación”, y cuya capacidad de crecimiento está lastrada por el débil avance de la productividad. En este escenario, en el que la economía no acaba de irrumpir del todo en la precampaña electoral, el gobernador del Banco de España instó a los dirigentes políticos a “encender las luces largas y “forjar amplios consensos” ante la “urgente” necesidad de que el Gobierno que emane de las urnas tras el 10-N “cuente con la iniciativa y los apoyos suficientes para realizar las reformas que permitan atajar las vulnerabilidades que todavía subsisten en la economía española”, así como apuntalar su capacidad de crecimiento”.

Sus advertencias vienen precedidas por una avalancha de revisiones a la baja en las estimaciones de PIB para este año y el que viene, incluidas las del propio Banco de España, que en septiembre recortó en cuatro décimas sus previsiones de crecimiento para 2019, hasta el 2%, y en otras dos décimas los pronósticos para 2020, que redujo al 1,7%, aunque crece el número de expertos y organismos que vaticinan que el alza del PIB podría ser ya inferior al 2% este mismo año.

Entre los desequilibrios que, a juicio del gobernador, es perentorio corregir sobresalen los abultados niveles de paro, el elevado endeudamiento público y exterior y la raquítica mejora de la productividad registrada durante la fase de reactivación, que ha sido insuficiente para cerrar la brecha existente respecto a los países de nuestro entorno y que, según Hernández de Cos, “debería ser un motivo de preocupación de primer orden”. Máxime en un contexto en el que la capacidad de crecimiento “se verá afectada negativamente” por el impacto del envejecimiento de la población.

Débil productividad

Hernández de Cos recordó ayer que la productividad en España apenas ha crecido un 0,2% anual en los últimos 25 años, tres décimas por debajo del promedio europeo, según los datos de Bruselas. El impacto de este anémico avance ha sido muy significativo: si la productividad hubiera crecido en nuestro país al mismo ritmo que en la UE, la renta per cápita sería hoy de 28.000 euros, 2.000 euros más de lo que es en realidad.