Botín: “Debemos ver más allá de maximizar el valor para el accionista”

CONFERENCIA INTERNACIONAL DE BANCA/ Álvarez ve “muy difícil” cobrar por servicios bancarios porque los clientes se han acostumbrado “a lo gratuito” y avisa del riesgo de la baja rentabilidad para la estabilidad.

Confianza. Ésta fue la palabra que dominó ayer el discurso de Ana Botín en la inauguración de la XII Conferencia Internacional de Banca que el grupo celebró en su sede corporativa de Boadilla del Monte (Madrid). Para la presidenta de Santander, la confianza “no es una opción” para ser una empresa rentable, porque es lo que hace que los clientes contraten productos, que los inversores compren acciones y que la sociedad “nos acepte”. “Debemos ver más allá de la maximización del valor para el accionista y tener en cuenta que nuestras responsabilidades son mucho más amplias. A menudo, este debate se plantea como una elección entre maximizar el valor del accionista o satisfacer las necesidades de todos nuestros grupos de interés. Pero no existe tal elección”, defendió Botín ante un auditorio repleto de directivos de banca internacionales.

Frente a la idea tradicional de que las compañías sólo se deben a sus accionistas, la presidenta de Santander abogó por conjugar los intereses de todos los grupos de interés, es decir, también los empleados, los clientes y el conjunto de la sociedad. Ésta es la única vía, según Botín, para garantizar el éxito futuro de las empresas, así como para revertir la pérdida de confianza generalizada que se ha instalado en la ciudadanía como consecuencia de la crisis financiera de 2008 y desafíos como la globalización, la revolución digital y el cambio climático.

Reformular el capitalismo

“El mundo está cambiando y el rol de las empresas también. El capitalismo ha sobrevivido gracias a que ha sabido adaptarse a los cambios. Ahora debe volver a hacerlo. Y esta intención no debe quedarse en palabras”, ahondó.

Botín, no obstante, censuró que esta nueva concepción de la función de las empresas aún no ha calado en los mercados, que siguen manteniendo una visión cortoplacista. “No se nos recompensa por la creación de valor a largo plazo”, criticó, para después advertir de que “si los inversores se limitan a medir trimestralmente el beneficio por acción, no va a funcionar”.

“Nosotros perdimos la confianza. Y no fuimos los únicos”, asumió Botín, quien lamentó que los errores “de unos pocos contaminaron” la percepción de la opinión pública. “Políticos, empresarios, banqueros... Eran personas que inspiraban confianza, y de repente, lo dejaron de hacer”, subrayó, para concluir: “Todos los sectores y las instituciones se vieron afectados y resultado de todo ello fue un ascenso del populismo. Aunque el populismo es el resultado de los desafíos globales a los que nos enfrentamos, no puede ser la respuesta”.

Botín avisó del impacto de la pérdida de confianza en los ingresos, que puede llegar a frenar en un 21,8% el crecimiento de la facturación.

Por su parte, José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, admitió que ahora es “muy difícil” cobrar por los servicios financieros en España, porque los clientes se han acostumbrado “a lo gratuito”. Álvarez alertó de que los tipos negativos amenazan el modelo de negocio de la banca en su conjunto y de que la baja rentabilidad es un “problema potencial” para la estabilidad financiera. Álvarez también pidió certidumbre regulatoria como parte para generar confianza en el mercado.