La directiva de pagos eleva la competencia solo para las cuentas

La directiva europea de servicios de pagos (conocida como PSD2) está teniendo efectos secundarios no deseados ni previstos por parte de las autoridades y los reguladores bancarios, según distintas fuentes del sector.

Alfonso Ayuso, responsable de Innovación en Banco Sabadell, constató recientemente en una conferencia que hasta el momento, la entrada en vigor de la PSD2 “ha supuesto un incremento de la competencia en el segmento de las cuentas corrientes, pero no en el de los pagos”, tal y como preveían los impulsores de esta normativa.

Hasta ahora, la PSD2 ha supuesto el lanzamiento de aplicaciones y soluciones por parte de los bancos y de otros nuevos rivales digitales, que permiten agregar y comparar cuentas corrientes, lo que ha disparado la competencia de las entidades precisamente en este segmento. Sin embargo, el mundo de los pagos no ha registrado una irrupción de desarrollos tecnológicos similar.

Dos tipos de competidores

Ayuso, en su intervención, alertó también sobre potenciales riesgos para la estabilidad financiera por la llegada de nuevos competidores no bancarios dispuestos a arañar segmentos de negocio al sector. El directivo argumenta que si un banco regulado y una entidad de pago, amparados cada uno por la PSD2, lanzan al mercado sendas aplicaciones móviles, sus efectos serían muy distintos. Las entidades de pago soportan una regulación más liviana que los bancos, pero a cambio no pueden captar depósitos con los que posteriormente financiar la economía. Los saldos que reciben, por ello, quedan en cuentas que tienen que cumplir con los requisitos de salvaguarda que establece de forma obligatoria la legislación de medios de pago, de forma que tienen que estar a su vez depositados en una entidad de crédito o invertidos en activos líquidos de alta calidad.

Riesgos

Tanto si se llevan a una tercera entidad de crédito, como si se invierten en activos líquidos, los fondos de la clientela metidos en estas entidades de pago no se pueden utilizar para financiar la economía a medio y largo plazo. En cambio, los fondos depositados en los bancos sirven para conceder nuevos préstamos.

“Pueden emerger los problemas si, con el lanzamiento de una aplicación de alguna de las grandes plataformas tecnológicas [conocidas como bigtech], se produce un movimiento muy rápido de fondos en dirección a este tipo de iniciativas. Todo ese dinero saldría de la gran banca y se introduciría en un modelo regulado de una manera totalmente distinta, con el dinero bloqueado”, señaló. Ayuso considera que esto puede impactar en la estabilidad financiera.

Estos riesgos podrían minimizarse si las autoridades redujeran la actual asimetría regulatoria existente, a juicio de la banca.

El Gobierno está a favor de regular las actividades financieras más allá de las etiquetas. Así lo señaló la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, durante su intervención en el foro organizado por EXPANSIÓN y American Express. “Se impone cada vez más una regulación en atención a la actividad que se desarrolla y no al sujeto que la realiza”, avanzó, sin concretar más detalles.