El Rey llamó en su mensaje de Navidad “al entendimiento dentro del respecto a la Constitución”. En su sexto discurso de Nochebuena, el segundo con un Gobierno en funciones y el primero con unas negociaciones de investidura en ciernes, Felipe VI aplaudió en una ocasión el “diálogo”, pero celebró hasta tres veces la Constitución en una alocución en la que situó un ejemplar de la Carta Magna a su derecha y que partía de los logros de España gracias a la Transición y a la Constitución.
Aunque el Monarca subrayó que “corresponde al Congreso, de acuerdo con nuestra Constitución, tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general”, una vez que él propuso a Pedro Sánchez para la investidura tras la ronda de consultas que celebró, sus palabras, muy medidas dada la neutralidad de su papel, sí incluyeron mensajes a los partidos.
En un momento en el que Pedro Sánchez busca el pacto con ERC, Felipe VI destacó, entre los valores que han fundamentado la convivencia desde la Transición “el deseo de concordia que, gracias a la responsabilidad, a los afectos, la generosidad, al diálogo y al respeto entre personas de ideologías muy diferentes”, que “derribó muros de intolerancia de rencor y de incomprensión”.
Sin embargo, enfatizó el Monarca, ha sido clave “la voluntad de entendimiento y de integrar nuestras diferencias dentro del respeto a nuestra Constitución, que reconoce la diversidad territorial que nos define y preserva la unidad que nos da fuerza”.
Felipe VI, además, apremió a una investidura. A la hora de reivindicar los valores que “llevan muchos años presentes entre nosotros y constituyen una seña de identidad de la España de nuestros días”, advirtió de su “fragilidad” porque “el tiempo no se detiene”. Por ello, proclamó que “España no puede quedarse inmóvil, ni ir por detrás de los acontecimientos”. “Tiene que seguir recorriendo su camino, sin encerrarse en sí misma [...] y levantando la mirada para no perder el paso ante los grandes cambios [...] que señalan el futuro”, dijo.
Los grandes asuntos de nuestra época son, a juicio del Rey, la nueva era tecnológica y digital, el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres y el cambio climático y la sostenibilidad. En España, situó la falta de empleo, las desigualdades que se han agudizado desde la crisis y, sobre todo, el deterioro de la confianza en las instituciones y “desde luego”, Cataluña, una “seria preocupación”.
Ante este escenario, el Rey apeló a “no caer en los extremos ni en la autocomplacencia” y “tener más que nunca confianza” a pesar de vivir “tiempos de mucha incertidumbre”. “Los desafíos que tenemos por delante no son sencillos pero, como en tantas ocasiones de nuestra historia reciente, estoy convencido de que los superaremos. Confiemos en España y mantengámonos unidos en los valores democráticos que compartimos para resolver nuestros problemas; sin divisiones ni enfrentamientos”, sentenció.
El Rey dio protagonismo a la sociedad civil con una foto con ciudadanos ejemplares a los que condecoró. Las inundaciones y el primer discurso de la princesa Leonor estuvieron presentes en las imágenes tras el discurso.