Se impone un modelo distinto de hacer banca

El modo de hacer banca en España está cambiando a pasos agigantados debido al cambio de paradigma de los servicios financieros. El número de bancos no sólo ha bajado sensiblemente, sino que las fusiones han hecho cambiar el paisaje de ciudades y pequeños municipios. La cifra de sucursales ha caído por debajo de las 25.000, la más baja en casi 40 años. Las entidades están cerrando oficinas pequeñas y apostando por grandes sucursales especializadas en el asesoramiento y en la venta de los productos que dejan mayor margen comercial, como los fondos de inversión y los seguros. Se trata de locales que en muchos casos abren también por las tardes. La banca está intentando que los clientes realicen todas las transacciones básicas, como transferencias y pago de recibos y de impuestos, a través del ordenador y del móvil. El objetivo es que la mayoría de los empleados de la red puedan estar dedicados exclusivamente a labores puramente comerciales. Bankia anunció la semana pasada que va a recortar sensiblemente el horario de caja de sus oficinas. El nuevo modelo de oficina de CaixaBank y de Santander carece (o lo tiene muy restringido) de servicio de ventanilla. En total, cerca de mil sucursales operan así en España. Muy probablemente, nuestro país va a seguir siendo el de mayor densidad de sucursales de Europa, pero el tamaño de la red tiene que seguir reduciéndose porque es el mayor coste fijo que soporta el sector, incluidos los empleados que trabajan en ellas. La competencia de los jugadores digitales simplemente está acelerando un proceso que era inevitable.