La mejor contribución a la economía

El debate sobre el pago de más impuestos por parte de la banca vuelve a asomar. Está instalado como paisaje de fondo desde hace dos años y da fogonazos periódicamente. En esta ocasión, la espita ha sido la crisis del Covid-19. La banca –señalan los defensores de estos gravámenes– debe contribuir más para sufragar las necesidades de un Estado sobrecargado por los costes de la crisis. Frente a ello, otras voces coinciden: la mejor contribución que el sector puede hacer a la economía es prestar apoyo en forma de crédito y facilidades de pago a sus clientes. Evitar el ahogo de particulares y empresas para mantener a flote la economía, ayudar a prevenir la destrucción de tejido productivo y empleo, y remar hacia el objetivo de fondo: que la recesión sea lo más corta posible y la recuperación, lo más intensa que se pueda.

Los supervisores insisten en que éste es el papel que le toca jugar a la banca. Lejos de elevar la presión, han hecho lo contrario, articular medidas de alivio. En un entorno de actividad en mínimos y tipos negativos, los bancos se enfrentan al reto de generar márgenes suficientes para absorber crecientes necesidades de provisiones. Y simultáneamente además, lograr beneficios que les permitan reforzar orgánicamente su capital. Más solvencia como mecanismo de defensa para evitar una crisis bancaria y como soporte necesario para mantener el crédito a la economía. Más impuestos sería otra piedra en un camino muy difícil que sólo acaba de empezar. Para todos.