El BCE vigila la efectividad de sus medidas de estímulo

POSIBLE AUMENTO/ La institución contempla la ampliación del programa de compras de activos (PEPP) si fuera necesario.

Asegurar una postura suficientemente acomodaticia, estabilizar el mercado y proveer liquidez y crédito. Estos son los tres roles clave de la política monetaria en el actual choque económico sin precedentes y el BCE los está acometiendo básicamente con los tipos de interés ultrabajos, el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), y el acceso a la liquidez del banco central “generosa y a largo plazo, que respalda el mantenimiento de la provisión de crédito por parte del sistema bancario”.

Así lo desgranó ayer Philp Lane, economista jefe del organismo y miembro de su comité ejecutivo, en un seminario web del Instituto de Política de Estabilidad Monetaria y Financiera en Fráncfort.

Como prueba del buen funcionamiento de las iniciativas para insuflar liquidez en la economía real, fundamental para la supervivencia de muchas empresas, Lane desveló que los datos preliminares apuntan a que la tasa de crecimiento anual de la masa monetaria en marzo fue del 7,5%, dos puntos porcentuales más que en febrero, el mayor aumento mensual desde la creación del euro.

Los préstamos al sector privado fueron la principal fuente de creación de dinero en marzo. La tasa de crecimiento anual de los préstamos a empresas aumentó al 5,4%, frente al 3% en febrero.

El economista jefe del BCE aseguró que la institución examina continuamente cada una de las medidas para evaluar si siguen calibradas y dimensionadas para proporcionar el grado acomodaticio necesario en este entorno económico incierto. Y subrayó que el BCE está totalmente preparado para ajustar los instrumentos si está justificado, incluyendo un posible aumento del tamaño de la PEPP y el ajuste de su composición tanto como sea necesario y durante el tiempo pertinente.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se manifestó en los mismos términos en una entrevista con El Mundo publicada el martes. También dijo que aunque estamos ante unshock considerable y desconocido en tiempos de paz, no hay riesgo de ruptura de la zona euro. “Esta vez no se trata de una crisis financiera e inmobiliaria que se ha extendido a toda la economía, ni de una crisis en la que un país se ha puesto al margen del resto al haber aplicado una mala política económica, sino un golpe simétrico, que afecta a todas las economías al mismo tiempo”, explicó.

Según Lagarde, la solución a la grave situación actual es un plan de estímulo fiscal europeo rápido y sólido para restablecer la simetría entre los países a medida que salen de la crisis. “Este plan debe proporcionar más ayuda a los países que más la necesitan. Proporcionar esta ayuda colectiva interesa a todos los Estados miembros”, defendió.

El BCE calcula que el PIB de la eurozona caerá un 12% en 2020 y que la tasa de inversión privada descenderá por debajo del nivel de 2019.