ASÍ SE GESTIONA EN LA ERA DEL CORONAVIRUS

“La reincorporación de la plantilla va a hacerse de forma prudente”

RAMI ABOUKHAIRConsejero delegado de Santander España.

Rami Aboukhair (Granada, 1967), consejero delegado de Santander España, ha combinado el teletrabajo desde casa con la oficina durante la pandemia. Aunque está satisfecho con la labor hecha por los empleados del banco, reconoce que echa de menos dar un abrazo a sus equipos, firmar acuerdos dando la mano a sus clientes y ver partidos de fútbol con sus hijos y amigos.

–¿Cómo está siendo su experiencia con el teletrabajo?

Nadie imaginaba a inicios de este año que nos veríamos obligados a teletrabajar con tal intensidad y a adaptarnos tan abruptamente y en tan poco tiempo. Lo hemos hecho de forma eficiente gracias a la actitud de nuestros empleados, que han demostrado una gran profesionalidad y compromiso con los clientes; al buen trabajo de nuestros potentes equipos de tecnología; y a nuestras capacidades digitales, que nos han permitido mantener la calidad del servicio a los clientes. Es encomiable el ejemplo que han dado nuestros empleados –y todos los profesionales del sector– prestando un servicio esencial. Por eso, sólo tengo palabras de agradecimiento para todos ellos.

Dicho esto, estamos ya con ganas de poder reunirnos de forma presencial con los equipos, y estamos poniendo en marcha toda una serie de medidas para garantizar que la reincorporación, que será muy progresiva, se desarrolla de forma prudente y al ritmo que sea necesario para proteger la salud, que siempre ha sido la prioridad.

Ahora que estamos en el proceso de desescalada y lo peor de la pandemia ha pasado, tenemos que pensar en una vuelta gradual a la normalidad para recuperar la confianza y facilitar una recuperación lo más rápida posible de la actividad económica.

–¿Cuáles son sus nuevos hábitos diarios de trabajo?

He echado de menos muchas cosas y todavía me cuesta no poder ver presencialmente a todo el equipo. No obstante, durante este tiempo he tratado de no perder las buenas costumbres y, por ello, he mantenido reuniones a diario y he hecho muchas visitas a oficinas. Es cierto que esta situación también me ha permitido optimizar mi tiempo y poder sacar ratos de mucha calidad para estar con mi familia.

–¿Utiliza videoconferencia o simplemente llamadas?

Es impresionante la capacidad de adaptación del ser humano. La tecnología ha ido cambiando nuestros hábitos y esta pandemia ha acelerado el salto digital, tanto de nuestros clientes, como de nuestra manera de trabajar o incluso de relacionarnos. Yo utilizo videollamadas para reuniones con los equipos, pero también es frecuente que realice llamadas individuales. En cualquier caso, ni una llamada ni una videoconferencia suplen una buena conversación en persona.

–¿Acude a la oficina normalmente?

Ahora sí, pero hasta ahora he estado combinando el trabajo presencial y el remoto en función de las necesidades y de la tipología de reunión. Es curioso, pero, a pesar de la distancia física, me he sentido muy cerca de las personas, de los equipos y de las oficinas. Y los clientes me dicen que han sentido la cercanía de nuestra entidad. Y es que, a fin de cuentas, la banca es un negocio de confianza y de cercanía; algo que hemos puesto de manifiesto en la comercialización de las líneas ICO o el plan de ayuda a las familias.

–¿Practica algún ‘hobby’ o ha comenzado alguno nuevo?

Si le preguntas a cualquiera cuáles son los tres pilares de tu vida, muy probablemente, coincidamos en su mayoría en señalar a la familia, los amigos y el trabajo. Yo me considero un afortunado. Nada me hace disfrutar más en la vida que mi familia y mi trabajo, aunque he echado en falta LaLiga Santander y poder ver partidos con mis hijos y amigos.

En cuanto a mis aficiones, me mantengo fiel a la música, al buen cine –estoy viendo series y películas recomendadas por amigos– y he comenzado una nueva afición con mis hijos pequeños: terminar el confinamiento sabiéndonos las capitales del mundo.

–¿Le da tiempo a hacer alguna actividad con sus hijos: deberes, juegos, películas...?

Siempre hay tiempo, es cuestión de organizarse y de tener ganas. Tengo 4 hijos, dos mayores de 17 y 15 años, que son los que más echan de menos salir a la calle y estar con amigos, y otros dos, de 11 y 10 años. Todos los días les dedico su propio tiempo. En este confinamiento he redescubierto lo importante que son esos pequeños detalles cotidianos como el beso que me regatean los mayores, o las conversaciones eternas sobre fútbol de los pequeños… En cuanto a los deberes, el gran mérito es de mi esposa.

–¿Qué experiencias positivas se pueden extraer de la actual experiencia de teletrabajo?

Quizá lo más llamativo es que hemos derribado una serie de barreras y mitos y nos hemos situado ante un nuevo paradigma. El buen servicio bancario se puede ofrecer también por canales digitales y también somos productivos teletrabajando. No obstante, tengo la certeza de que el éxito de nuestro modelo se sustenta en la combinación de lo físico y digital.

–¿Qué le resulta más duro de esta situación?

Sin lugar a duda, la dramática cifra de fallecidos, a cuyos familiares quiero enviar un fuerte abrazo de la familia Santander. Y, por supuesto, de las secuelas sociales y económicas que deje esta pandemia. No hay día que no piense en las empresas, pymes, autónomos, comercios, pequeños negocios y en las familias que se hayan visto afectadas por esta crisis.

Es en estos tiempos donde nuestra misión de ayudar al progreso de las personas y empresas cobra más valor que nunca. Nuestro negocio se basa en la confianza y ésta también se pone a prueba en momentos de crisis. Desde el primer momento hemos adoptado las medidas necesarias para mitigar los efectos económicos de esta pandemia sobre las empresas y las familias. La mejor manera de salir de esta crisis es apoyando a las empresas. Sólo apoyando a los empresarios será posible la remontada.

- ¿Considera que esta vivencia va a cambiar la forma de gestionar su empresa en el futuro?

La vida es constante evolución y adaptación. Y este periodo que nos ha tocado vivir nos tiene que hacer reflexionar sobre nuestros negocios, cómo son hoy y cómo tienen que ser mañana. Ahora bien, por muchos cambios y transformaciones que se produzcan, en nuestro caso, hay algo que no debería cambiar: la relación de confianza con nuestros clientes.

–¿Cree que el coronavirus marcará un antes y un después en el mundo de las empresas? ¿En qué sentido?

Las empresas debemos repensar constantemente nuestro futuro. Y, en este momento de gran disrupción, todavía con más intensidad. Surgirán nuevos negocios y otros se transformarán. Y sólo aquellos que no se adapten, desaparecerán.

Hay algo que me preocupa especialmente: el día después del confinamiento de las empresas y de las familias. El escenario al que nos enfrentamos es desconocido y, por tanto, si una palabra define el futuro es incertidumbre. Y, cada uno desde su ámbito de responsabilidad, debemos devolver, cuanto antes, a ese futuro la necesaria certidumbre.

Y aquí cobra especial relevancia el papel que los bancos jugamos en la sociedad. Queremos ser parte de la solución al problema protegiendo a las familias y contribuyendo a preservar nuestro tejido empresarial que es, en definitiva, el que genera riqueza y crea puestos de trabajo.