España, la economía más golpeada de la OCDE: el PIB caerá hasta un 14% este año

SI HAY UN SEGUNDO BROTE DEL COVID EN OTOÑO/ La OCDE calcula que el paro puede alcanzar el 25,5% durante este año y mantenerse por encima del 20% hasta final del próximo ejercicio, al tiempo que la deuda pública puede rozar el 130% del PIB.

Aunque todo salga bien y no haya un nuevo brote de coronavirus en otoño, las perspectivas de la economía española son muy desalentadoras, ya que la actividad podría tardar tres o cuatro años en recuperar el nivel que tenía en 2019. Pero si la situación vuelve a empeorar hacia final de año, el panorama económico ya sería catastrófico, con un desplome del PIB del 14,4% este año, seguido de una muy tímida recuperación el próximo ejercicio. Y, es más, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España podría ser el país más castigado por la pandemia, al sufrir un recorte del PIB de casi el doble de tamaño que el de Japón o Canadá.

Según las cifras recogidas en el primer informe de perspectivas económicas de 2020 de la OCDE, publicado ayer, la economía española se contraerá un 23,3% en el segundo trimestre del año con respecto al cierre del ejercicio anterior, lo que supone el mayor desplome entre todos los países desarrollados. De hecho, la cifra contrasta ampliamente con Corea del Sur, con un recorte ligeramente superior al 5%, pero también es notablemente superior a la caída en la Eurozona, donde se ha visto un ajuste cercano al 18%. ¿La razón? Que cada semana de confinamiento, que ha sido más severo y más prolongado que en otros países, ha restado un 36,5% de la actividad nacional, en promedio, si se suma el impacto directo y el indirecto.

Un paro desbocado

Y aunque para el tercer trimestre del año se espera una cierta recuperación de la actividad (siempre, muy lejos de los niveles del tercer trimestre de 2019), la gran encrucijada está en otoño, cuando la economía podría proseguir su recuperación (con lo que la economía cerraría el año con una caída del 11,1%) o, por el contrario, recaer, en el caso de que hubiera un nuevo brote grave de coronavirus, algo a lo que cada vez apuntan más organismos. En este caso, el PIB caería un 14,4% en el conjunto del año y el desempleo cerraría 2020 en una tasa del 25,5%, lo que dejaría a la economía en una mucho peor posición para encarar la recuperación el próximo ejercicio. De hecho, si esto sucediera, la economía apenas crecería un 5% en 2021, en lugar del 7,5% proyectado si no hubiera más problemas. En otras palabras, el balance acumulado de ambos años daría un desplome del 10,1% hasta 2021 (frente a una caída del 4,4% en el escenario central de las previsiones), un desastre del que costaría muchos años recuperarse por completo.

En este escenario, el paro se mantendrá por encima del 20% tanto este año como el próximo, aunque habría un pico del 25,5% en el cuarto trimestre de este ejercicio. Y eso, a su vez, tensionaría todavía más las cuentas públicas nacionales, lo que dispararía el déficit hasta el 12,6% del PIB este ejercicio y hasta el 9,5% el próximo ejercicio. Y eso, a su vez, haría que la deuda pública se disparara hasta el 129,5% del PIB este año y que se mantuviera en un nivel muy similar el próximo ejercicio (128,8%), a pesar de la reactivación económica. En otras palabras, el mayor aumento de deuda pública entre todos los países desarrollados, de 33,3 puntos del PIB, una cifra que podría costar más de una década digerir. Además, este escenario deja la puerta abierta a que surjan tensiones en la prima de riesgo que pueden incrementar la incertidumbre y elevar la necesidad de nuevos recortes, lo que pondría en peligro, a su vez, la senda de crecimiento.

Otra perspectiva muy desalentadora es la de los distintos componentes económicos, ya que ninguno se salva de la quema a excepción del gasto público. Por ejemplo, el consumo privado, el gran motor de la economía española, se hundirá un 17,3% este año en el escenario negativo, y apenas repuntará un 7,1% el próximo ejercicio. Peor destino le espera a la inversión, con un desplome del 24,7%, del que en 2021 apenas se recuperará una cuarta parte, debido a que ninguna empresa quiere invertir si no ve demanda para sus productos, al contrario. Por último, las exportaciones caerán un 19,8% este año, un desplome generalizado en todo el mundo, y apenas crecerán un 5,7% en el próximo ejercicio. Hay que tener en cuenta que si sólo hay un golpe, la demanda se puede recuperar con cierta rapidez debido al ahorro acumulado durante los últimos meses por buena parte de los hogares y a que la oferta puede reactivarse fácilmente, pero un rebrote de la pandemia puede llevar al agotamiento de las reservas de los hogares y a la quiebra de empresas, lo que haría que la recuperación se enfangara.

Este descalabro, además, se ve acrecentado por las numerosas debilidades que la OCDE detecta en la economía española. En concreto, el texto destaca la elevada dependencia del turismo, que podría debilitar la reactivación si hubiera “una recuperación [del sector] más lenta de lo previsto”, y lo mismo sucederá con las exportaciones en el caso de que nuestros socios comerciales no crezcan con fuerza, lo que es bastante probable. Además, “una mayor incertidumbre y efectos más persistentes en la solvencia de los hogares y las empresas podrían restringir la recuperación de la demanda doméstica más de lo previsto. Y esto último puede magnificar también los efectos secundarios en el sector financiero, a través de un significativo incremento de los préstamos impagados”, sostiene el informe. Por ello, la OCDE reclama una mayor flexibilidad laboral –en contra de la derogación de la reforma de 2012 que quiere hacer el Gobierno– para asegurar que los trabajadores se pueden recolocar en las áreas más demandadas. Además, también sería necesario un ajuste del gasto público corriente en el futuro para poder seguir impulsando la inversión con fuerza.

Panorama internacional

Aunque el desplome de la economía española es (y seguirá siendo en el peor escenario) el mayor de todos los países desarrollados, hay notables diferencias. Por ejemplo, Francia, Italia o Reino Unido quedan muy cerca de las cifras españolas, mientras que el golpe casi duplica el de Japón, Estados Unidos o Alemania. Además, el aumento de la deuda prevista para este año y el próximo casi triplica el de Reino Unido y duplica el de Canadá.

Editorial / Página 2