BBVA reabre el mercado de titulizaciones

BBVA ha encontrado una oportunidad y ha decidido aprovecharla. La entidad ha colocado esta semana una titulización de préstamos al consumo para financiar compras de autos por valor de 1.100 millones de euros, la primera operación de este tipo de la banca española desde la expansión de la pandemia.

BBVA ha empaquetado el crédito ofrecido a sus clientes en este vehículo financiero y lo ha colocado entre inversores institucionales, que serán los que absorban las pérdidas si finalmente se produce un impago. Con esta operación, la entidad logra desprenderse del riesgo de crédito y consigue financiación. A cambio, eso sí, pagará un cupón flotante de euribor más 75 puntos básicos para el tramo sénior de la titulización (el de mayor calidad crediticia, AA, según S&P), que comprende 951 millones, es decir, el 86% de todo el vehículo.

Los 154 millones de euros restantes se reparten en los seis tramos restantes, cada uno con mayor subordinación que el anterior y mayor riesgo crediticio. El quinto tramo, con una nota de B+, es el último con ráting, mientras que los dos últimos no tienen calificación crediticia.

La entidad ha logrado colocar el 100% de los préstamos en el mercado en una operación poco habitual que ha contado con un interés especial por parte de inversores internacionales, que engrosan casi toda la demanda. Normalmente, los bancos retienen los tramos menos seguros de este tipo de titulizaciones por falta de apetito inversor. En esta ocasión han encontrado comprador.

“La crisis del coronavirus ha provocado una ampliación de la rentabilidad que los emisores pagan por los activos, incluidas las titulizaciones, lo que ha hecho que se reactive el apetito inversor”, explican fuentes de BBVA.

La última vez que apeló a los inversores para emitir una titulización similar fue en 2018, cuando colocó un vehículo de 900 millones. Sin embargo, en esa operación retuvo en su balance aproximadamente la mitad de los préstamos, la parte más subordinada. El año pasado, BBVA lanzó otra titulización de préstamos al consumo por valor de 2.000 millones de euros, pero sin intención de colocarlos en el mercado. En cambio, la entidad retuvo el vehículo en su balance para utilizarlo como colateral ante el BCE, una operativa muy habitual.