La banca ve incentivos para las fusiones tras eliminar el BCE las trabas

RELAJA LAS EXIGENCIAS SUPERVISORAS/ Con las nuevas medidas, las entidades no se verán forzadas a ampliar capital ante una fusión, lo que dará un nuevo impulso al proceso de consolidación en el sector.

El Banco Central Europeo (BCE) no quiere ser un estorbo para el tan ansiado proceso de consolidación del sector financiero de la zona euro. Sus fuertes exigencias han provocado en el pasado quejas en el sector, que las han considerado como inasumibles trabas a las operaciones corporativas. Por ello, el supervisor ha decidido tomar cartas en el asunto y relajar los requerimientos a las entidades resultantes de las fusiones y adquisiciones.

Estas medidas han sido recibidas con agrado por los bancos, que tras este movimiento ven con otros ojos las fusiones como catalizador de la rentabilidad perdida. Es, según señalan, un cambio crucial en las reglas del juego.

La modificación más significativa se produce en el terreno de los requerimientos de capital, donde el punto de partida para el BCE será a partir de ahora la media del colchón exigido a las entidades que participan en la operación. Anteriormente, el supervisor exigía que el banco resultante mantuviera los niveles de capital de la entidad más fuerte, lo que en ocasiones obligaba a afrontar ampliaciones de capital. Si hace un año la ampliación era un peaje incómodo de aceptar para los accionistas de cualquier entidad financiera, con las cotizaciones tan deprimidas ahora era casi impensable siquiera plantearlo.

“Ahora sí hay un incentivo real para empezar a ver proyectos de integración una vez superado lo peor de la crisis del Covid. La fusión es una de las vías, aunque no la única, para reducir drásticamente costes fijos y elevar la rentabilidad del negocio”, razonan fuentes financieras.

Sobre la base de la media del requerimiento de las entidades que participan en el proceso de consolidación, el BCE aplicará un recargo sólo si la entidad resultante no ofrece una mejoría sobre el perfil de riesgo o si la integración entraña grandes riesgos de ejecución, por ejemplo, por unos complejos sistemas tecnológicos.

“Se tendrá en consideración que, en general, en una operación de consolidación se afronta una gran parte de los costes derivados de la combinación de los negocios primero, mientras que los potenciales beneficios sólo se manifiestan más adelante”, señala el BCE en su nueva guía de las medidas de supervisión en las operaciones de concentración del sector, con la que espera arrojar más transparencia al proceso.

Para que estas concesiones del BCE se apliquen, eso sí, los bancos deberán presentar y cumplir un calendario creíble de fusión. De hecho, el supervisor ve muy aconsejable que la parte variable del sueldo de los directivos de las entidades que atraviesan estos procesos esté ligada a la consecución de hitos en la integración.

Fondo de comercio

El BCE también especifica cambios en su supervisión respecto al fondo de comercio que se anotarán los bancos tras participar en este tipo de operaciones, generalmente negativo dadas las cotizaciones actuales del sector.

La institución con sede en Fráncfort asegura que tendrá en cuenta los beneficios contables que se anoten las entidades en las operaciones de integración realizadas por debajo de su valor en libros.

El supervisor reconocerá este fondo si se encuentra debidamente verificado y se usa para reforzar la sostenibilidad del negocio, para cubrir potenciales préstamos morosos o los costes de la integración.

Dividendos

Por ello, recomienda encarecidamente a los bancos que no repartan ese beneficio a través de un dividendo extraordinario. Con una gran parte del sector cotizando muy lejos de su valor en libros, este cambio supone un gran impulso al atractivo de las operaciones corporativas.

Además, el BCE ha establecido un plan de transición para el uso de los modelos internos de las entidades para valorar sus activos. Tradicionalmente, estos modelos tienen que ser aprobados por el supervisor y no son transferibles, pero se hará una excepción con los bancos fusionados, que podrán seguir haciendo uso de las entidades que lo forman. “ El objetivo es evitar la carga supervisora adicional ligada a la volatilidad de los activos ponderados por riesgo que resulte de volver a utilizar los modelos de valoración estándar de forma temporal”, asegura el BCE.