Europa avanza hacia un fondo europeo más frugal y recortes en el presupuesto

CESIONES/ Los países del norte logran imponer austeridad y ortodoxia en las negociaciones. La última propuesta del Consejo Europeo plantea un tijeretazo de 110.000 millones en las ayudas directas, reformas vigiladas y un presupuesto más austero.

Último empujón para un acuerdo histórico en la Unión Europea. Después de cuatro días maratonianos de Consejo Europeo, los líderes de los 27 están más cerca que nunca de sacar adelante el esperado plan de rescate para salvar a sus economías del colapso sin precedentes de la crisis del Covid-19. Pero será un Fondo europeo de reconstrucción frugal, después de que Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia hayan logrado imponer su austeridad a base de un buen tijeretazo tanto en las ayudas directas como en el presupuesto europeo.

Ha hecho falta la cumbre europea más larga de la historia y, al menos, una noche en blanco, pero finalmente el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, presentó a los líderes la propuesta definitiva para el denominado Fondo Europeo de Reconstrucción: 750.000 millones de euros de poder de fuego, de los que 390.000 millones se repartirían como ayudas directas que los países no tendrán que devolver y los 360.000 millones restantes como préstamos.

Al cierre de esta edición, los jefes de estado y de Gobierno de los 27 se encaminaban hacia una nueva noche en blanco. Sobre esta oferta: la cuarta de las denominadas Negobox (caja de negociación) presentadas por Michel a lo largo del fin de semana y hasta ayer para desatascar las negociaciones. Tanto la canciller alemana Angela Merkel, como el líder francés Emmanuel Macron afirmaron que había “esperanzas” de un acuerdo, pero se mostraron cautos.

El montante de la última oferta, 750.000 millones, es idéntico a la propuesta inicial, sí, pero hay mucha ingeniería creativa: El fondo mantiene su munición, pero a base de un recorte de 110.000 millones en ayudas directas, además de a costa de un presupuesto europeo más austero.

Alemania, Francia, Italia y España aspiraban a un fondo dotado con 500.000 millones de euros en transferencias directas. Esto interesaba a países con niveles de deuda y déficit muy elevados, como España o Italia, ya que al no tener que devolver la ayuda, evitarían alcanzar niveles insostenibles y verse en problemas a la hora de obtener financiación de los mercados.

El problema es que la posición de partida del primer ministro holandés, Mark Rutte, al frente de los frugales, era de oposición frontal a los subsidios. Para convencerle hizo falta el tijeretazo en las ayudas directas, que en su lugar engrosará la partida de préstamos (360.000 millones, frente a los 250.000 millones de la propuesta inicial).

Aunque Michel vendió un acuerdo de 750.000 millones, el Fondo de Recuperación como tal, será de 672.500 millones de euros. La diferencia respecto al total de la oferta se debe a un recorte de 77.500 millones de euros en los subsidios, que se quedarían en 312.500 millones.

¿Y qué pasa con el resto de ayudas hasta llegar a los 390.000 millones citados? Estas se incluirán como dotación extra para reforzar partidas de un presupuesto europeo que de nuevo sufre importantes recortes por la presión de los frugales (ver información adjunta). El Consejo quería un presupuesto de 1,07 billones, aunque el norte quería rebajarlo a 1,05 billones.

El norte también arrancó en las negociaciones al menos otras tres concesiones: Lograron encestar la condicionalidad a cambio de las ayudas, una vigilancia reforzada de lo que hacen los países con el dinero y volver a casa con algunos millones más en cheques compensatorios.

Los países que pidan dinero a Bruselas tendrán que hacer reformas estructurales a cambio, y esta condicionalidad vendrá acompañada de una vigilancia reforzada. El primer ministro holandés, Mark Rutte, exigía derecho a veto, es decir, poder negarle las ayudas a un estado si éste no implementa reformas.

Pero la idea de que un país pueda decidir sobre la política interior de otro va contra los tratados europeos, y varios líderes se niegan a aceptarlo. Para desatascar este punto, Michel propuso un freno de emergencia. Los países podrían frenar el plan de reformas presentado por un estado si consideran que no va en la buena dirección. Serían los ministros de Economía y Finanzas de los 27 los que, en su reunión del Ecofin, decidirían sobre la situación del plan nacional presentado. La última palabra la seguiría teniendo el Consejo, pero se decidiría por mayoría cualificada.

Por último, se disparan los cheques compensatorios, lo que también beneficia al norte. Los contribuyentes netos al presupuesto (aquellos países que en términos de ayudas aportan más de lo que se benefician de las partidas) reciben unos descuentos respecto a lo que aportan. La propuesta de Michel dispara estos cheques hasta 27.000 millones durante los próximos siete años, 7.000 millones más de lo previsto en el anterior presupuesto. Países Bajos, que se encuentra entre estos países, se llevaría casi 13.500 millones en total.

Un fondo frugalizado para la que podría ser una Unión Europea más frugal. Habrá que ver si pasa por el aro del Parlamento Europeo, que tiene la última palabra, y ya ha avisado de que no lo apoyará si no respeta las prioridades.

Editorial / Página 2