La banca refuerza su solvencia como paso previo al pago de dividendo

CUENTA ATRÁS/ Las ocho entidades cotizadas elevan en más de seis puntos porcentuales su nivel de capital en un año. La ratio media de solvencia se sitúa en el 13%, con Bankia y Unicaja a la cabeza.

Los bancos españoles exhiben fortaleza en capital en la antesala de la vuelta al dividendo. Las ocho entidades cotizadas reforzaron sus niveles de capital más de seis puntos porcentuales en el último año (de septiembre de 2019 a septiembre de 2020) y gozan de una ratio media de capital de máxima calidad del 13% al cierre del tercer trimestre. Todos los bancos cotizados han mejorado su nivel de solvencia entre septiembre de 2019 y el mismo mes de 2020, a excepción de BBVA, que ha conservado la misma ratio.

Los datos de solvencia al cierre del tercer trimestre avalan el principal argumento esgrimido por los directivos para defender el regreso al reparto de beneficio a los accionistas, vetado desde finales de marzo por el BCE. “Santander está en posición de pagar dividendos”, proclamó Ana Botín, presidenta de Santander, ante los accionistas, que aprobaron a finales de octubre el abono de un dividendo en efectivo de diez céntimos de euros con cargo a reservas a cuenta de 2020 y pagadero en 2021.

Santander cerró septiembre con una ratio de máxima calidad del 11,98%, que supone una mejora de 680 puntos básicos respecto a hace un año y se sitúa en la parte alta de su rango objetivo. Una tendencia que prevé mantener al cierre del ejercicio y que será clave para retomar el reparto de dividendos.

Los más solventes

Bankia y Unicaja, ambas en procesos de fusión con CaixaBank y Liberbank, respectivamente, son las entidades más capitalizadas: con ratios cercanas al 15% (ver gráfico adjunto). No es coincidencia que las dos entidades estén inmersas en sendas integraciones, ya que los supervisores prefieren que las protagonicen bancos con altos niveles de solvencia.

CaixaBank, que absorberá Bankia en el primer trimestre de 2021, también generó 800 puntos básicos de capital en el último año, hasta alcanzar una ratio del 12,5%. Esta métrica aumentaría al 12,8% si se incluye la venta del 29% de su filial de servicios de pago Comercia, anunciada en julio, pero que se formalizó a inicios del cuarto trimestre. La nueva CaixaBank tiene intención de repartir beneficios entre sus accionistas cuando se cierre la integración legal, prevista para marzo.

Liberbank también supera el 14% en su posición de solvencia de máxima calidad, con un aumento de 1,1 puntos porcentuales desde septiembre de 2019. La entidad prevé engrosar esta ratio una vez que el BCE dé el visto bueno a los modelos internos de sus hipotecas y cuya autorización se podría acelerar si finalmente se fusiona con Unicaja. Tanto Liberbank como Unicaja han defendido su holgura en capital para prometer a sus respectivos accionistas el regreso al dividendo cuando el supervisor único lo permita.

El cruce de declaraciones entre los supervisores y los banqueros se ha acentuado en las últimas semanas. El Banco de España pide prudencia en el reparto de dividendos hasta que se disipe la situación económica por el impacto del Covid, mientras algunas entidades han advertido de que el veto puede frenar la concesión de crédito en un momento crucial para la actividad.

Efectos adversos

“El veto tiene también impacto sobre el apetito de los bancos para prestar”, alertó Onur Genç, consejero delegado de BBVA. Precisamente, el grupo tiene intención de reanudar los pagos al accionista con cargo a 2020 e incluso se plantea lanzar una recompra de acciones. Y para ello justifica su fortaleza en capital, con una ratio del 11,5% que supone un colchón de 293 puntos básicos sobre el mínimo regulatorio. Un extra de capital que supera antes de lo previsto su meta de entre 225 y 275 puntos básicos.

“Se tiene que diferenciar en función de qué entidad tiene capacidad o no para distribuir dividendos”, instó María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, en la presentación de resultados, quien incluyó a la entidad entre las que tienen mejor capital. Bankinter cerró septiembre con una solvencia del 12%, que mejora el 11,6% declarado un año antes.

El sector confía en que el BCE levante la restricción en 2021, más aún con el cambio del panorama económico por el avance en la vacuna contra el Covid, señala un alto directivo de una consultora internacional. Y, en su defecto, los ejecutivos bancarios piden que distinga entre bancos en función de, por ejemplo, sus ratios de capital.

Pero los supervisores parecen echar por tierra estas pretensiones, como anticipó el Banco de España en su último informe de estabilidad, en el que aboga por aplicar un veto generalizado al sector para evitar posibles efectos negativos, como el de dificultar las emisiones. El Banco de España justifica que la restricción reforzaría el capital del sector entre 0,32 y 0,53 puntos porcentuales ante un empeoramiento de la crisis hasta 2022.

Además, como advirtió ayer Moody’s, la segunda ola de contagios por el Covid añadirá más presión a la maltrecha rentabilidad bancaria, sobre todo de las entidades con mayor dependencia de los ingresos por comisiones.