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El ser o no ser del líder: directivos que rompen la cuarta pared

FORMACIÓN Las técnicas teatrales derriban la falta de empatía y favorecen la confianza.

El teatro, con su experiencia milenaria para interpretar la vida, es una sorprendente caja de herramientas para quienes lideran empresas. Sus técnicas ayudan a los directivos a desarrollar sus capacidades. A algunos les cuesta romper la cuarta pared, que en el teatro es ese muro invisible que separa a los actores de los espectadores. En las empresas puede ser la distancia entre un directivo y su equipo.

Javier G. Yagüe sabe mucho de esos muros imaginados y de cómo derribarlos. Es director y gestor de Cuarta Pared, un proyecto cultural en el que trabajan más de 40 personas, que nació en 1985 y cuya trayectoria ha sido reconocida con el Premio Nacional de Teatro 2020. Este espacio de referencia de las artes escénicas contemporáneas es también escuela. A Cuarta Pared llegan no solo personas que quieren hacer del teatro su oficio, sino directivos y profesionales que aprenden a aplicar las técnicas teatrales a su trabajo.

“El teatro es un laboratorio de la vida”, comenta Yagüe. “Colocarse en la piel de un personaje que no tiene nada que ver contigo te ayuda a entenderlo. La empatía favorece la capacidad de negociación y la posibilidad de llegar a acuerdos”. Buen conocedor de la dinámica de grupos y la psicología social, considera que “el teatro es sustractivo, más que aditivo: quita inhibiciones y elimina capas que encarcelan nuestra creatividad”.

El valor de la experiencia

Quienes han unido experiencia teatral y corporativa desde 2012 son los codirectores de Actúaempresa, Robert Muro y Pedro Antonio García. Este último trabajó 25 años en Coca-Cola, donde fue director de Márketing. García sabe que algunos ejecutivos fallan en habilidades soft: gestión del estrés, autocontrol, construcción de equipos o capacidad de comunicar. “La ventaja de las técnicas teatrales aplicadas a la empresa es que son experienciales: al interactuar con los demás en ejercicios o juegos, las personas se relajan enseguida, porque los seres humanos somos lúdicos”, afirma. En pocas horas, personas sin ninguna relación con el teatro derriban paredes y refuerzan la confianza.

Uno de los ejecutivos que ha vivido los cursos de Actúaempresa, en colaboración con la firma cultural elmuro, es David Torrejón, director general de la Federación de Empresas de Publicidad y Comunicación. “Fue muy enriquecedor”, cuenta. “Primero tienes que superar la barrera física: no estamos acostumbrados a exponernos tanto a los otros. Hay que desembarazarse de la rigidez. Aprendes desde cómo organizar el discurso y el relato hasta cómo potenciar la comunicación no verbal”.

En el escenario y en la oficina, crear equipo es esencial. En el teatro suelen coincidir actores que no han trabajado juntos antes, y deben coordinarse. La primera semana, el director hace ejercicios para que todos se integren. Pedro Antonio García asegura que equipos de empresas que llevan 10 o 15 años juntos se descubren unos a otros en una tarde más que en todo ese tiempo: “Muchos se sorprenden de sus propias fortalezas y de las habilidades que desconocían de personas cercanas”.

Además de esa función integradora, hay una parte técnica en la que se aprende a proyectar la voz, a respirar, a dominar la postura corporal. Pero estas clases, como señala Javier G. Yagüe, de Cuarta Pared, no tienen nada que ver con aprender un texto de memoria y soltarlo: “Hay una parte vinculada al juego dramático que desarrolla la capacidad de expresión y comunicación, y hace que afloren la imaginación y la creatividad”.

Son experiencias que generan emociones. David Torrejón considera que “la mentalidad directiva es a veces muy cartesiana, muy apegada a la lógica del discurso. Tenemos que tener más en cuenta las emociones y aprender a despertar el interés. Con el teletrabajo, hay que procurar no ser un busto parlante; acercarse a los otros”.

Si el teatro ayuda a sumar energías, a no entrar en pánico si algo no va como pensamos, a generar alternativas, ¿por qué no utilizarlo? Son técnicas con eficacia probada desde la Grecia clásica. Pedro Antonio García subraya que “lo que haces y vives no se olvida”. Y Javier G. Yagüe recuerda que los procesos que mejor funcionan son aquellos en los que hay encuentro.

Lo mejor es acudir con la mente abierta, puntualiza Torrejón: “Puede que el teatro te descoloque al principio, pero te enseña más”. Como escribió el dramaturgo Arthur Miller, “es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”.